La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible surgieron cuando muchos expertos y no expertos indicaron que debido a una intensa explotación del planeta Tierra a causa de las exigencias de la era tecnológica, si la especie humana quería seguir viviendo debía hacer frente a problemas de carácter mundial. Entonces muchas instituciones, entre ellas la Organización de Naciones Unidas (ONU), celebraron multitud de reuniones en busca de encontrar la solución a todos esos problemas mundiales. Pronto se puso de manifiesto que la única solución posible debía partir del hecho de que la especie humana es empática, social y solidaria, como ha puesto de manifiesto multitud de experimentos de desarrollo infantil, Psiquiatría y Neurociencia. Y, por tanto, preocupada por el bienestar no solo de las generaciones presentes, sino también de las futuras. Surgieron las palabras «sostenibilidad» y «desarrollo sostenible».
Después de varios años de reuniones de todo tipo se redactó la Agenda 2030. Un plan para transformar el mundo y construir un mundo mejor para todas las personas.
Son muchos los retos que tocan estos Objetivos y todos muy ambiciosos; erradicar el hambre y la pobreza, garantizar una vida sana y una educación de calidad, lograr la igualdad de género, asegurar el acceso al agua, luchar contra el cambio climático, etc.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), explica que aunque todos los Objetivos de Desarrollo Sostenibles sean diferentes, ningún objetivo está aislado de los demás y, por eso, hay que abordarlos de forma integral. Y señala que por ejemplo, el Objetivo 6 (“garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, y el saneamiento para todos”) está relacionado con el Objetivo 12 (“garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”) y con el Objetivo 15 (“proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosque de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica”), ya que si se quiere mitigar la escasez de agua es fundamental proteger y recuperar los ecosistemas relacionados con este recurso, como los bosques, montañas, humedales y ríos.
De la misma forma. el Objetivo 14 (“conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recurso marinos para el desarrollo sostenible”) está vinculado con los Objetivos 1 (“poner fin a la pobreza en todas sus formas”), el Objetivo 2 (“poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, …”) y el Objetivo 8 (“promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo productivo y el trabajo decente para todos”), ya que la pesca genera millones de empleos.
En definitiva, la Agenda 2030 es un plan a largo plazo en favor de las personas, el planeta Tierra –nuestro hogar- y la prosperidad. La Agenda 2030 es la hoja de ruta para nuestro futuro. Un futuro en el que todos jugamos un papel. Por primera vez en la historia, todos los países –cada uno en su medida- tienen que seguir un camino común para garantizar la sostenibilidad y el bienestar de nuestro planeta. Y de todas las personas. Todos tienen que actuar: gobiernos, organismos internacionales, instituciones, empresas y todos los ciudadanos.
La Organización de Naciones Unidas ha preparado una serie de documentos, incluidos en la Agenda 2030, en los que para cada Objeto de Desarrollo Sostenible (ODS) se indican, primero, datos destacables que indican la urgencia de ese ODS, las metas que se deben alcanzar el año 2030 y un texto en el que se dialoga sobre la importancia de ese Objetivo y lo que puede hacer para alcanzarlo una persona corriente.