
Espejos (para el 25N)
No recuerdo cuándo se le volvieron las manos de acero. Pero sí cómo dolían al contacto con mi carne. Se le abrían erizos de entre los dedos y se me volvía la piel como canicas de colores. La gente preguntaba. Pero a mí se me olvidaba decir su nombre o llegaba a confundirlo con las…