
Justicia poética
Recuerdo con nostalgia a Olaf, el vagabundo del carromato rojo que ofrecía delicias y conocimientos en la plaza, cada quince días, a cambio de unas monedas. La gente hacía cola para probar sus cristales de limón, la espuma de mantequilla, su crema de regaliz, o para que les adivinara el presente en la arquitectura de…