No hay necesidad de estridencias ni de ser perfecta para que una película te llegue al corazón, para que salten las alarmas de tu sensibilidad y comprobar que menos es más, y que la ceguera invade la sociedad actual. Esto es lo máximo de Vivir y otras ficciones, realidad y no tanto, por partes iguales, para llegar al espectador
Vivir y otras ficciones nos hace pararnos a pensar, a reflexionar si somos capaces de empatizar con el resto de sociedad cuando no estamos en su piel, porque juzgar al prójimo es un deporte nacional habitual, pudiendo pasar factura a la larga, puesto que en un momento dado todo puedo dar un vuelco en cada persona.
Al final uno se da cuenta que el guion de la película engloba muchas de las distintas soledades que contempla nuestra sociedad, del aislamiento que el ser humano se crea a su alrededor, por determinadas situaciones, o que el contrario nos impone también por momentos, por discriminación e incomprensión.
Al mismo tiempo esas soledades se dividen en dos partes en la física y en la emocional. El director Jo sol lo encara con sencillez, dando paso a los personajes y sus aristas, cómo evolucionan con su interior y con el resto de personas que le rodean.
Aquí los personajes se complementan, se comprenden a veces, se dicen la verdad aunque duela, se callan cuando entienden que no sabrían que hacer en su situación, pero finalmente buscan la sinceridad por encima de todo, sin contemplaciones, sin miramientos y ante todo sin una mirada de compasión.
La película estuvo presente en la pasada edición de La muestra de cine de Ascaso (dónde el coloquio con su director Jo Sol, directora de fotografía Afra y el protagonista Pepe Rovira, duró mucho más que el metraje de la misma), y desde Amanece os hablamos de la misma, y por tanto de Vivir y otras ficciones con esta presentación de la misma de mi puño y letra:
«Vivir y otras ficciones es una realidad latente, inerte en su tiempo, y desapercibida para muchos en la sociedad, no por su desconocimiento si no por su falta de empatía y de entendimiento corporal del prójimo, y de una salud mental que necesita de su desarrollo en todos los poros de la piel de una persona con cualquier tipo de discapacidad. Aun así la película lleva en su trama mucho más de lo ya expresado, incide en la proyección de la reinserción, del feeling y comprensión entre las personas, de la necesidad de la palabra, la voz, el roce, el tacto y el erizarse la piel en las relaciones con el prójimo para seguir sintiendo mucho más que el simple respirar. Muchos pensarán que es un falso documental, o una realidad ficcionada, y personalmente poco me importan esos pequeños matices, solo me quedo con lo que transmite con esa denuncia de desamparo de muchos en algunos aspectos emocionales y físicos imprescindibles en la vida, y de la autoestima que se requiere para sobrellevar dependiendo qué avatares de la vida. Es un canto a la tolerancia social ante el semejante y ponerse en la piel de cada uno sin prejuicios, sin tabues y sin juicios ni morales ni sociales. El director Jo Sol nos vuelve a sumergir en una realidad que no deja indiferente, una cinta pausada y delicada que viaja por cada personaje con pulcritud y delineando sus aristas con delicadeza y humanidad, pero dejando de lado el qué dirán o las etiquetas sociales. Un guion, o no, simplemente unas pautas, que nos llevan por las dificultades que cada uno pueda tener por sus limitaciones o las que marca la sociedad y el sistema establecida por la mayoría que no lo sufre.»
En breve la película estará presente en Alcances, Festival de Cine Documental de Cádiz. Edición 50, dentro de la sección ‘En los límites de la realidad’ el jueves día 4 de octubre.
Ficha técnica |
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Título: Vivir y otras ficciones Año: 2016. Duración: 81 min. País: España. Dirección: Jo Sol. Guión: Jo Sol.Dirección de fotografía: Jo Sol y Afra Rigamonti. Reparto:. Pepe Rovira, Antonio Centeno, Arántzazu Ruiz, Ann Perelló Productora: Shaktimetta Produccions |