Saskia Sassen, catedrática de Sociología en la Universidad de Columbia, considera necesario utilizar otro lenguaje cuando hablamos de desigualdad o de pobreza, porque no somos conscientes de la cruda realidad que nos rodea.
Cuando discutimos sobre el aumento de la desigualdad, de la pobreza, de los encarcelamientos, de las ejecuciones inmobiliarias y otras injusticias, si simplemente participamos en discusiones concretas sobre el aumento de la disparidad, no captaremos una realidad más amplia que deberíamos enfrentar. Necesitamos un nuevo lenguaje. Utilizo el término «expulsiones» para señalar la radicalidad de ese cambio necesario.
Es una forma de combatir la aparición de personas que hacen apología de la desigualdad. Es lo que sucede ante la falta de respeto por la vida de los que han sido excluidos de la sociedad. No debemos olvidar que las circunstancias determinan y no podemos banalizar el hambre y la supervivencia de los seres humanos.
Saskia Sassen suele hacer alusión a los 51 millones de personas que se encuentran «expulsadas» de la sociedad estadounidense. Nosotros vamos a comentar algunos datos sobre la pobreza y el riesgo de exclusión en España a través del 4º Informe sobre El estado de la pobreza.
El indicador AROPE en España
El trabajo se basa en la evolución del indicador AROPE (At Risk of Poverty and/of Exclusion), que, frente a otros ratios, tiene la virtud de considerar diferentes variables integradas en tres planos: población que vive por debajo del umbral de la pobreza, que padece situación de privación material o con baja intensidad de trabajo por hogar.
En el año 2013, y calculado según la nueva metodología, el indicador AROPE para España alcanza al 27,3 % del total de la población, lo que supone un total de 12.866.431 personas en riesgo de pobreza y/o exclusión (ver gráfico 3). Desde el año 2009, el indicador ha subido 2,6 puntos porcentuales lo que, expresados en términos absolutos , significa que han pasado a estar en pobreza y/o exclusión social un total de 1.320.216 personas que antes no lo estaban (ver tabla 1 y gráfico 2).
La evolución de este indicador nos revela que, en cuestión de género, la normalidad venía siendo la existencia de una brecha relevante entre mujeres y hombres que ha desaparecido con la crisis.
Al observar la tasa de pobreza española nos encontramos con la misma situación. Agravamiento durante la crisis a nivel general. En términos de género, la misma tendencia que se observa en el AROPE. Las mujeres presentan en 2013 una tasa de pobreza inferior a la de los hombres rompiendo una brecha que parecía irreversible. La crisis ha afectado más fuertemente a los hombres. La pobreza sí entiende de igualdad de género.
El indicador AROPE y las Comunidades autónomas
La siguiente tabla y gráfico nos muestra qué comunidades se han visto más afectadas en los términos que engloba el indicador AROPE. Vemos como cuatro comunidades han evolucionado positivamente durante la crisis (azul), restando personas del grupo en riesgo de pobreza y/o exclusión social. El cambio, los habitantes del resto de comunidades han sufrido el incremento de la tasa AROPE (rojo).
Si Canarias, Melilla, Castilla y León y Galicia son la cara amable, Ceuta, Castilla – La Mancha, Cantabra y Aragón son las comunidades en las que la crisis ha sido más acuciante.
El ránking por comunidades autónomas en 2013 sería el siguiente:
Las Comunidades Autónomas que presentan datos cercanos superiores al 30% están en zona roja. Son cifras elevadas, es una situación límite para demasiadas personas que difícilmente se va a restablecer en los próximos años. Un auténtico drama social.
Resumen
El texto, en resumen, podríamos decir que da cuenta de la degradación social que ha experimentado España durante los años de crisis –nuestro país se encuentra entre los más desiguales de la Unión Europea-, que esta deriva tiene a enquistarse y que en modo alguno cabe apelar al crecimiento para revertirla. Se describe un escenario que pone de manifiesto con total claridad que los costes de la crisis se están distribuyendo de manera desigual, que afecta a los de siempre pero que también arrastra a capas de población que antes disfrutaban de un estatus relativamente confortable.
¡Qué fenomenal artículo! y que realidad más pobre nos rodea. Felicitaciones Juan
Hola Pedro Luis. Nunca mejor dicho, una realidad pobre. Es triste. Muchas gracias por tus palabras Pedro Luis, intentaré seguir añadiendo gráficos.
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