Bienvenidos de nuevo, queridos lectores, a este nuestro punto de encuentro mensual con el género negro.
Antes de que alguien me acuse de informal, declaro ante todos haber hecho los deberes cumpliendo así con las promesas hechas en anteriores ediciones. Pero vayamos por partes, que este mes he tenido tiempo de leer mucho y variado y aquí os dejo mis subjetivas opiniones esperando que coincidan con las del honorable público.
La primera sorpresa me la llevé hace muy poco al enterarme que Henning Mankell había sacado otra novel de la serie Wallander. Suerte que era mi cumpleaños y que mi mujer ya sabía que este título podía ser de mi agrado. Y lo fue. Su lectura me dejó un sabor agridulce. Dulce por poder recorrer de nuevo los caminos de Escania en pos de un criminal. Y amargo al saber que no lo voy a poder a hacer de nuevo. HUESOS EN EL JARDÍN es un caso olvidado del ilustre inspector del que el mismo Mankell no se acordaba. Por ello, su publicación no se debe a una iniciativa del autor por regalarnos esas aventuras que ya forman parte de nosotros. Declarado fiel seguidor de Mankell, debo de aconsejar la lectura de su serie Wallander a todo aquel que aún no lo haya hecho, sabiendo de antemano que nadie se va a sentir decepcionado. Henning Mankell es maestro consumado del género negro y recrea como nadie el ambiente sórdido de esa Suecia Invernal huérfana de color, o impregnada de un blanco cristalino que sólo su paleta sabe suministrar. Su intriga comienza siempre en la primera palabra y no nos abandona hasta el punto y final, e incluso forma parte de las reflexiones que quedan prendadas en nuestras mentes mucho después de acabar la lectura, justo cuando nos preguntamos sobre la veracidad de los hechos y trasladamos la trama a la realidad que nos rodea porque sus relatos respiran actualidad. Sinceramente creo que Mankell se alimentó de la fuente de inspiración que para muchos de nosotros fueron los relatos policíacos de la década de los sesenta liderados por Maj Sjöwall y Per Wahlöö con su Brigada de Homicidios de Estocolmo, relatos felizmente recuperados del olvido por la editorial RBA este último año (no os podéis perder ninguno de ellos). Probablemente Mankell, por su parte, haya influido en autores suecos de la nueva generación entre los que podríamos citar al mismo Larsson con su trilogía Milenium. Sin duda, Huesos en el Jardín ha resucitado a un Wallander del que me despedí hace tiempo con todo el dolor de mi corazón.
Pero mi periplo literario ha alcanzado las tinieblas de la selva amazónica peruana de la mano de David Villegas Cabadas, que con LAS NIEBLAS DE HUANCABAMBA (Primer Premio del Concurso de Novela de Terror Ciudad de Utrera 2013), Autores Premiados, Colección Galardón de Narrativa, me ha demostrado como construir en apenas 100 páginas una trama sólida con tintes terroríficos de la que no pude despegarme hasta que me la acabé de una sentada.
INFERNO, de Dan Brown, es demasiado conocida y comercial como para recomendarla o atacarla en esta sección. Por esa razón pasaré directamente a entrevistar al autor de dos novelas de género que injustamente han carecido de la distribución nacional que se merecen y que por justicia deberían haber tenido. Por ello, ya vais tarde si aún no habéis encargado CLAVE DE MESA y LO QUE NO ESTÁ ESCRITO, el círculo literario perfecto que construyó y cerró Curro Rossi Escalona bajo los augurios de la editorial sevillana Abec. La trama, encuadrada en el género del misterio y aderezada con la sal de la religiosidad que en Sevilla se respira como en pocos lugares del mundo, nos lleva de viaje por países variopintos y recintos secretos que no podremos olvidar.
Lo prometido es deuda; os dejo con Curro.
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Hola Curro, permite que te tutee. Yo lo agradezco y seguro que los lectores de EL RINCÓN OSCURO también lo harán. Ya anunciábamos en la anterior cita que este encuentro iba a tener lugar y, bueno, aquí estamos para que nos hables un poco de tus dos libros.
Para empezar, debo declararme públicamente un lector incondicional de Curro Rossi, y eso que sólo dos novelas han visto la luz hasta ahora. En ambas, CLAVE DE MESA y LO QUE NO ESTÁ ESCRITO, introduces elementos de intriga histórica y los aliñas con el tema religioso, tan en boga en la actualidad.
– ¿Pretendías incorporarte a la corriente narrativa atribuida a Dan Brown aunque no fuera él quién iniciara este subgénero?
No, ciertamente. He leído obras de Dan Brown y me gusta el ritmo que imprime a sus narraciones así como la utilización de obras de arte para sustentar argumentos. Como bien dices, no es un género «atribuible» a Dan Brown, la novela histórica cuenta con un gran número de escritores que continuamente la alimentan, pero no me considero tan fantasioso como el amigo Brown, nada de gente que se tira de helicópteros y aparecen en el Vaticano. No sé si tengo un hueco en esa corriente narrativa pero la mezcla de datos o elementos históricos con ficciones creadas en planos superpuestos me ha apasionado siempre.
– La Escuela de Cristo es tan interesante como desconocida. ¿Podrías hablarnos un poco de ella con el fin de que quienes no la conozcan se hagan idea de uno de los elementos fundamentales de la trama?
La Escuela de Cristo es, porque todavía existe, una institución religiosa de sacerdotes y seglares que busca en sus orígenes «escalar en la perfección» del aprovechamiento espiritual mediante las obras de misericordia. Tiene una estructura muy particular pues no podían contar con más de setenta y dos miembros en sus filas, dándose el caso, como en Sevilla, de que alcanzado ese número, había que constituir otra corporación separada de la primera. Siempre me llamó la atención su hermetismo, puesto que sus hermanos o miembros adoptaban la máxima de que su recogimiento y penitencia necesariamente serían de aprovechamiento por los no iniciados. La práctica de la disciplina física fue común en sus orígenes, lógicamente influenciados por el sentir barroco de la trascendencia. En el siglo XVIII llegaron a censarse más de cuatrocientas Escuelas de Cristo en Europa y América. Fue su más que posible relación con la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla la que me inspiró para crear la trama que aparece en Clave de Mesa.
– ¿Qué ha supuesto para ti la creación de estas dos novelas?
Principalmente, la consecución de algo que perdura. Bastante alejado de tentaciones profesionales, pues todos sabemos lo difícil que es confiar el sustento diario al ejercicio de la literatura y más en los tiempos que corren, solo he buscado poder compartir con los lectores mi pasión por el arte y la filosofía, ampliamente presentes en mis dos novelas.
– El argumento de ambas guarda relación de continuidad aunque pueda realizarse una lectura independiente de cada una. ¿Hay cabida para una tercera parte que justifique una trilogía?
Pienso que no. La trama que en su día creé comienza en la primera página de Clave de Mesa y termina en la última página de Lo que no está escrito. Continuar con esa trama me parecería forzado y prefiero explorar otros argumentos.
– ¿Nos puedes desvelar alguna de tus fuentes de inspiración?
Siempre el arte y la filosofía, mis dos grandes pasiones. Utilizar obras de arte como los Jeroglíficos de las Postrimerías de la Vida de Valdés Leal para sustentar teorías filosóficas como las relaciones causa-efecto, o el Políptico de la Adoración del Cordero Místico de los hermanos Van Eyck para analizar los orígenes de nuestra religión son solo ejemplos de lo infinito que puede ser este binomio como fuente de inspiración.
– Sevilla está convirtiéndose en escenario ideal para ambientar tramas oscuras. ¿qué opinas de esta nueva corriente que tiene como objetivo glosar las virtudes de esta bella ciudad mientras los personajes se dedican a hacer toda suerte de fechorías por sus calles?
Maravilloso. Mi próxima tentación literaria va por esos derroteros. Para un apasionado del arte como yo, difícil imaginar mejor escenario, difícil pensar en mejor superficie sobre la que crear el patrón de un asesino, no crees, Morgagni?
– Estamos entre amigos. Dinos unas palabras para convencer al indeciso de que es preciso leer tus dos novelas.
No sería tan atrevido como para exigir su lectura, pero si recomendaría leerlas con un ordenador cerca en el que poder ver obras de arte que aparecen en ambas y comprobar cómo estás dan pie a conocer la certeza de la trama. Mis obras ayudan, y esto no lo digo yo, a conocer sobre arte, filosofía e historia de la Iglesia, incluso hacen descubrir como hipotéticas diferencias con otras religiones no lo son tanto. Garantizo disfrute.
– Por último, ¿tienes proyectos en cocina?
Tengo uno, cuya trama se aleja totalmente de la de mis dos primeras obras. Me va a costar porque como todos soy esclavo del tiempo. Verás cómo tu pregunta, si llego a culminar este proyecto, ha acertado de pleno en su literatura. Tiempo al tiempo y que sean los lectores de «El Rincón Oscuro» los que acaben de animarme.
Muchas gracias, Curro, como siempre. En nombre de Salitre Revista Cultural te doy las gracias por haber accedido a esta peculiar entrevista y te invito a que sigas la publicación de sus contenidos. Sería un placer contar contigo. Un fuerte abrazo.
Francisco Javier Torres Gómez.
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