Nihilismo y sinsentido de la catástrofe: Un apunte sobre «Pánico en el estadio» (1976)
Más inquietante, entonces, en sus implicaciones que en la ejecución técnica, la película enfrenta al espectador con la frialdad de un pistolero sin rostro practicando tiro al blanco en este estadio lleno hasta la bandera. Los persistentes picados y contrapicados, el uso de lentes de largo alcance (equivalentes a la mira telescópica del rifle) y el trabajo de la cámara subjetiva nos distancian inevitablemente de las viñetas humanas que se representan en las gradas. Flemática e impasible, la película retrata a la multitud individualmente como perdedores y colectivamente como transeúntes inocentes, en una lucha sin cuartel entre dos fuerzas siniestras, el asesino y los S.W.A.T.
Amigo de Óscar Martín: Las aristas de los afectos
Primer largometraje del director Óscar Martín, adentrándose en el thriller y remarcaría ante todo en el terror psicológico. Algo presente en todo momento, en ambos protagonistas con ese duelo de personalidades que suben y bajan de volumen a medida que el guion va avanzando. David se lleva a su casa a Javi, su mejor amigo. […]
Closer, vaivenes tóxicos
Estamos en el Londres de principio de los 2000. Alice (Natalie Portman) camina entre una multitud gris de desconocidos. Podría ser una más entre las miles de personas que circulan por la abarrotada urbe inglesa, pero no lo es. Quizás el espectador ya se haya dado cuenta de ello por su vibrante pelo rojo, pero […]
The Iron Bridge de Monika Jordan-Młodzianowska en Cine por mujeres
Este año la Sección Focus del Festival Cine por Mujeres está dedicada a Polonia, con tres propuestas Nic nie ginie (Nothing is lost) de Kalina Alabrudzinska, Blizny (Scars) de Agnieszka Zwiefka y Zelazny most (El puente de hierro) de Monika Jordan-Młodzianowska, todas estrenos en nuestro país. Dos de ellas disponibles en Filmin hasta el 15 […]
La pianista. Una mirada freudiana
Este convulso personaje, de manera inconsciente, pone en práctica lo que Sigmund Freud llamaría sublimación. Erika dirige de forma involuntaria la energía psíquica asociada a su deseo inaceptable hacía actividades no censurables por su conciencia moral