¿Qué es un hombre rebelde?
Un hombre que dice NO.
Esta frase de Camus lo contiene todo.
En la guerra mueren los pobres y Putin lo sabe.
El 10 de abril de 1972, hace 50 años, en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles, se entregaban los premios Oscar.
French Connection ganaba el premio a mejor película y William Friedkin fue el galardonado como mejor director. Los dos premios «gordos» recayeron en esta magnífica película.
Glamour, compadreo entre las estrellas y cambio de ciclo (la generación de los 70 llegaba con fuerza) fueron las claves de la ceremonia.
Y como en todas las ediciones de los Oscar, la gran película del año era «olvidada».
¿Cuál fue la película olvidada ese año?…
Imaginen esta escena…
El timbre de un teléfono hace despertar a Joe Bonham de una espantosa resaca. Nadie descuelga el ruidoso aparato, que suena y suena durante toda la noche. Pero él no puede responder, porque está cansado y tiene la cabeza loca. «Podrían meterle el aparato entero por la oreja y ni siquiera se enteraría. Debió de haber bebido dinamita». Poco a poco, Joe se va dando cuenta de que los timbrazos sólo suenan en el interior de su cabeza: es el recuerdo del timbre del teléfono que tiempo atrás le anunció la muerte de su padre. De haber estado sonando realmente un teléfono cerca de él, no hubiese podido atenderlo. Porque él carece ya de oídos. Tampoco tiene boca, ojos o nariz. Ha perdido, además, todas las extremidades. Porque es 1918 y, en algún lugar de Francia, un obús ha reducido a Joe Bonham a un tronco con cerebro.
Este es un breve resumen de Johnny Cogió su fusil (Johnny got his gun, Dalton Trumbo). Un chaval de apenas 18 años es enviado a la gran matanza de las trincheras y vuelve convertido en “un tronco con cerebro”.
“Johnny got his gun” fue la gran olvidada el 10 de abril de 1972.
La verdad es asquerosa, repulsiva, revulsiva, inaceptable e insoportable, desagradable, incómoda, salvaje, atroz, la verdad es la muerte, destruye todo lo que toca, embalsama y aniquila, la verdad es incompatible con la vida, por eso todos la odian y la temen tanto, te quieren matar si se la dices. Apártala de mi boca/oreja, ni se te ocurra, por eso la inmensa mayoría viven engañados, como los niños temen al ogro. De hecho, puede que sea lo que más deseemos como sociedad, que nos engañen constantemente, cuanto más, mejor, por eso somos tan fácilmente manipulables. Nos “tragamos” cualquier barbaridad…más, miénteme mucho, por favor, yo te lo pido…
En estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir, la Academia de Cine Europeo llama al boicot de las películas rusas y las excluye de sus premios. Porque como todo el mundo sabe los cineastas rusos son culpables de las políticas de su presidente. ¿Se imaginan que hubieran expulsado a Luis Buñuel del Festival de Cannes en pleno Franquismo? (Truffaut y Godard se hubieran colgado de la pantalla y no lo hubieran permitido).
En estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir, hay una multitud de “opinólogos” de todo signo político que obvian que a las guerras van los pobres…
PARA MORIR POR LOS RICOS.
En estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir, debemos reivindicar esta gran película de Dalton Trumbo y su claro mensaje anti-belicista.
«… no. No seremos nosotros los que mueran. Seréis vosotros.
Seréis vosotros, sí vosotros que nos llamáis a la batalla, vosotros que nos incitáis contra nosotros mismos, vosotros que hacéis que un zapatero mate a otro zapatero, vosotros que hacéis que un trabajador mate a otro trabajador y que hacéis que un ser humano, que solo quiere vivir, mate a otro ser humano que solo quiere vivir.
Recordad esto.
Recordad bien esto, vosotros los que hacéis planes para la guerra.
Recordad esto vosotros los patriotas, vosotros los feroces, vosotros los sembradores de odio, los inventores de consignas… «