Recuerdo a un amigo
Esta es una forma de leer dentro de uno mismo. De escuchar atentamente a una parte insospechada de nuestra memoria. Un acto que, como tal, pertenece a los dominios de la inteligencia [intus legere]. Digamos, para empezar, que no solo recuerdo a un amigo, sino que también lo que me contó. Y que ese recuerdo, […]
A dos amigos que (no) me acompañaban
Nunca conocí a Rainer Maria Rilke. Sólo he cantado a coro sus versos, a veces en mi propia lengua, otras en el exquisito francés en el que Jaccottet lo entendió y, en ocasiones, estas ya muy sumarias, en su propio alemán. Pero nunca pude conocerlo. Sin embargo, si hoy se me pregunta por Rilke o […]
Desde la ventana, el bosque: sin otra cosa que ser
Leer a Heidegger requiere paciencia. Al acercarnos a su lectura, algo nos retiene y pregunta. ¿Para qué Heidegger? Puede que el fervor inicial de tal pesquisa haya sido superado por la ambigüedad de lo que la impulsa. Hemos tocado la zona del pensamiento en la que se confunden lo que desagrada y fascina, lo que […]
Sólo la verdad puede aún salvarnos: acerca de los «Cuadernos Negros» de Heidegger
Hagámonos entonces las preguntas necesarias como, por ejemplo, ¿de qué tratan los Cuadernos? Responderemos: los temas son numerosos y diversos. ¿Cómo se habla de ellos? En un estilo esencial –notas más o menos desarrolladas- y a menudo muy polémico. Habría que empezar por ofrecer algunas muestras, como las relativas a Nietzsche, de quien Heidegger afirma que «no se dio cuenta de que su derrocamiento del platonismo, es decir, el planteamiento de la vida como la realidad fundamental exclusiva –un planteamiento que también vuelve obsoleta la discernibilidad entre el más acá y el más allá-, en el fondo tenía que obrar en sentido contrario a su más íntimo objetivo del hombre superior y logrado (los grandes ejemplares), pues con aquel planteamiento queda legitimada por sí misma la masificación de lo viviente y de su apremio a vivir.
Cerrar nuestros ojos, renunciar a nuestras bocas: (Rilke y la imagen I)
Más que una evolución cronológica de las concepciones de Rilke sobre el tema, este aprender a ver forma parte de una dialéctica permanente entre el deseo de dominar lo visible y la sumisión a lo que es tan visual como, por lo mismo, inmanejable. ¡Qué difícil será no ejercer la violencia de la mirada! Violencia que consiste en querer apropiarse de impresiones cuya especificidad es precisamente imponerse, impresionar al sujeto sin que éste pueda hacer nada al respecto. El resurgimiento de la imagen que sufre el poeta no se realiza, por tanto, de la manera feliz que había imaginado sobre Rodin, sino que es tan terrible como verlo a él mismo.