Fabular la herida: algunas palabras sobre Joë Bousquet
Empecemos y hagámoslo, esta vez, por el principio mismo. Como mínimo, hay aquí algo de fiar. Algo que se nos da. En efecto, se impone una fecha, y se impone con una obviedad brutal y aterradora. Pero, ¿cómo podríamos evitarla? La fecha del 27 de mayo de 1918 parece aquí tan fatal como lo fue […]
Kertész, desde el jardín
Escritura íntima. Pronuncio esta frase y la palabra aparece como una transcripción ordenada, en la que color y forma, tal que en una pintura, resultarían meros espejos que reflejan una visión interior y la simplifican. También son capaces de resucitarla, no de manera idéntica sino en sus características esenciales, necesarias y suficientes para su transmisión […]
Más o menos; la falta del libro
Comentario a ARANA, Daniel: Es necesario hablar. Cinco tratados literarios filosóficos. Ediciones Universidad de Valladolid/ Universidad de León, Salamanca, 2022. Algunas de las cosas más importantes del siglo pasado, que es al que sobre todo pertenezco, comienzan con alguien que cuenta un sueño, su sueño, aunque el relato aparece con cierto retardo, pues tiene lugar […]
Retratos literarios: «Piedras», Roger Caillois
La piedra nos arroja al afuera del pleonasmo: la piedra es un ornato a la altura de las palabras. Ante la imposibilidad de interpretar esos signos, quizá este humanismo de Caillois nos conduzca a apilar estas escrituras, a poner piedra sobre piedra en el bosquejo singular que se hace por las propias instancias. Evidentemente, el humanismo de Caillois se confirma con su preocupación por que la poesía sea un intermediario privilegiado del conocimiento y, por tanto, un medio para tener más control sobre la realidad. Eso explica, por ejemplo, que la poesía de Saint-John Perse le fascine, pues manifiesta, no por nada, una comprensión inigualable del universo, siguiendo la síntesis orquestal de la naturaleza y las civilizaciones que realiza.
Sin aliento, un parloteo: notas sobre des Forêts
Quizá porque habría que leer más allá de lo escrito si queremos comprender una sola palabra. Es un barro fértil, entonces, el de la escritura. Las flores de la retórica crecen en este barro fértil, lleno de conchas y fósiles. Este lodo fértil de la imaginación es el fermento de la lectura. Lo que quisiera intentar encontrar en el punto ciego de la lectura de des Forêts es una especie de lectura/s sin la violencia de la dialéctica, el remache silencioso y la meditación tácita de un ensueño alejado del ruido y la furia que nada significan. Leer El Charlatán, como leer, en general, cualquier texto que constituya por sí solo un pequeño peirón en los caminos del pensar, es sumergirse en las profundidades de un abajo que también está más allá, la inmersión para siempre suspendida, el instante desde entonces siempre pendiente, pero es el único otro mundo posible (no hay mundo postrero o antes del mundo, solo hay lo contrario, el interior, lo íntimo, de este mundo).