Como si no hubiera lenguaje
Porque todos somos, si se nos provoca, apasionados terroristas y antiterroristas. Sin Terror -en el sentido vago y mágico que esta palabra tiene en Francia-, ¿quién querría vivir y, sobre todo, escribir? El terror es lo que confiere el fuego y la llama, el horror y el disfrute, a nuestra vida de tinta. Los torturadores y las víctimas, las corridas de toros, las bayonetas, los alambres de púas, el abuso y el éxtasis nos dan un placer ficticio. Y por eso sería instructivo analizar el desgarro de nuestro pensamiento, de nuestras emociones, entre los dos cabos –apolíneo y dionisíaco- que pueden ser designados por los nombres de Paulhan y Bataille: escritores aterrorizantes, aterrorizados y sendos hombres de letras. El lingüista bloqueado y el vergonzoso archivero, editores de revistas y directores de conciencia, unidos por el erotismo.
Amanece con…Homero Carvalho Oliva
En este primer día del año, sale el sol en nuestra metrópolis con Homero Carvalho Oliva, nacido en Santa Ana del Yacuma, Departamento de Beni, Bolivia. Narrador y poeta, en cuento ha publicado Biografía de un otoño, Seres de palabras y Ajuste de cuentos; en microcuento, Cuento súbito, La última cena y Pequeños suicidios. Ha […]
El árbol frente a mi casa (o cómo el 2020 se acaba)
El 2020, tan redondito y tan despejado que se presentó al inicio, esperanzándonos ante una nueva década, está a punto de finalizar para regocijo de la mayoría. En su primer día, en un paseo campestre y con ese sol tan claro que acompañaba, me vine arriba y me atreví a augurar que iba a ser […]
El secreto de tener los ojos verdes y que nadie lo sepa
En «Todos los Cuentos» se observa un personaje común y genuino, lispectoriano, fruto de sus distintos estados anímicos. En todos ellos, un suceso cotidiano desata un cúmulo de asociaciones e introspecciones que llevan a una metamorfosis, a una marabunta emocional difícil de contener. Sus frases cortas y rotundas ayudan en ese proceso de avance hacia el abismo, que no tiene por qué desembocar en una catástrofe o desdicha; a veces, incluso, conllevan a la liberación, como el pulso progresivo de un metrónomo en una clase de piano.
Se alzan animales de silencio
El autor sigue con atento pormenor ese camino, esa vía recorrida por el propio Rilke, en la que fue de no poca importancia el encuentro con un músico, con Ferruccio Busoni. Le llega antes que nada con su pensamiento, con sus palabras. Sobre todo cuando Busoni señala que la música es la mediadora entre el tiempo y el no-tiempo, la eternidad. Como que gracias a eso el poeta puede reconocer lo angélico de la música y, por lo tanto, lo que hay de elevado y de abismático en la misma, es decir, de mostración de lo bello y de insinuación de lo horrendo.