El pasado 2 de junio se llevaron a cabo las elecciones más importantes y más grandes del país. Una contienda electoral que culminó después de tres meses de campaña en el que los candidatos y las candidatas a los diversos cargos públicos, propusieron sus estrategias para lograr los cambios esperados por la sociedad mexicana, donde se dieron a conocer en algunas zonas del país haciendo trabajo de campo y donde fomentaron la importancia del voto.
Por un lado, la candidata del actual partido gobernante Morena, la Dra. Claudia Sheinbaum, llegaba con un enorme cartel de respaldo político y una enorme experiencia reciente al haber sido jefa de gobierno hasta el pasado año 2023. Con algunas propuestas de por medio, y donde a pesar de la preparación que tiene y que se le vio en los tres debates presidenciales previos a las elecciones, parece que solo dará continuidad al proyecto “transformador” de la famosa 4T que pregonan los partidos Morena y sus aliados el Partido del Trabajo y Partido Verde con el lema que continua vigente “juntos haremos historia”, que tomando en cuenta dicho lema, precisamente hicieron historia al ser la candidata Sheinbaum la ganadora de la contienda electora y convertirse en la primera mujer presidenta de un país como lo es México.
En el otro tenor, la candidata de los partidos opositores PAN-PRI y PRD, la ingeniera Xóchitl Gálvez Ruíz, mostró una cara poco profesional para el cargo de elección que buscaba. Una funcionara con pocas propuestas y mucha critica a la candidata de Morena; durante los debates presidenciales su lema fue solo atacar en todo momento a la Dra. Claudia Sheinbaum, teniendo ante televisión nacional momentos de muy poca preparación política en el que se le notaba también muy nerviosa y con nulas propuestas ante los cuestionamientos de los ejes de seguridad, medio ambiente, desarrollo económico, educación, entre otras temáticas que no supo responder adecuadamente. Aspectos que fueron sentenciando a los grupos opositores al grado de bajarlos de los escenarios públicos como fuerzas políticas de oposición.
El tercer contendiente, el licenciado Jorge Álvarez Máynez, la gran revelación en este proceso electoral, un personaje que nadie conocía al inicio de las campañas electorales pero que hizo un excelente trabajo con la juventud de mexicana, al ser el único que integró a los jóvenes en sus propuestas de desarrollo y educación, un personaje emanado del partido Movimiento Ciudadano y de los candidatos el de mayor proposición en materia de políticas públicas durante los debates presidenciales.
Así pues, el partido Morena, se convirtió por segunda ocasión en el partido de mayor control político en el territorio nacional, entre gubernaturas, diputaciones locales y federales, senadurías y ahora de nueva cuenta la presidencia de la República. Y precisamente, estas elecciones del 2 de junio, no solo dejaron en claro el poder arrasador de Morena, sino que también comienza una preocupación más en esta nueva etapa de la vida pública de México; la falta de los grupos de oposición dentro de las cámaras de diputados y senadores, espacio donde se gestan las iniciativas de ley, reformas o derogaciones a la misma, genera una falta de alternancia política y división de poderes, lo que puede traer consigo un control del poder en un solo partido hegemónico.
Para concluir, las pasadas elecciones de los diversos cargos públicos, puso de manifiesto el arrasador control político que Morena tiene en muchas partes del país, aspecto que se dejó ver en las urnas donde a pesar de que la actual administración ha fallado en sus estrategias de seguridad pública, cuidado del medio ambiente y desarrollo económico sustentable, no dejan muchos mexicanos en darle su voto de confianza ahora a la próxima presidente Dra. Claudia Sheinbaum, persona que con su ascenso al poder presidencial, hizo historia al convertirse en la primera mujer en dicho cargo.