En Amanece Metrópolis seguimos con las entrevistas que hemos podido realizar a las artistas que estarán en FeminaJazz el próximo mes de octubre, del 3 al 5. En esta ocasión es el turno para conocer un poco más a Lucía Rey que tendrá su concierto el día 4 de octubre a las 21:15 en el Café Berlín de Madrid.
¿Cómo nace tu pasión por la música y en especial por el jazz?
Tengo pasión por la música desde niña. Mi madre, bailarina y profesora de Danza española me llevaba a los estudios de Danza y en nuestra casa desde que nos levantábamos escuchábamos música de todos los estilos.
El jazz me encantó desde siempre, pero en el Conservatorio de Música sólo estudiábamos música clásica y cuando llegué a la adolescencia necesitaba expresarme de otra manera. Buscando nuevos caminos empecé a estudiar música moderna y jazz, ir a jam sessions y a tocar en bandas.
Poco a poco tu carrera ha ido cambiando, ¿cómo ha sido esa evolución y cambios de géneros musicales o fusión de los mismos?
Ha sido de una manera muy natural, porque creo que el lenguaje del jazz en sí mismo expresa evolución y búsqueda de una voz interior constante. La fusión llega por todos los géneros que he ido aprendiendo, tocando y sintiendo desde que empecé con la música desde niña, como la música clásica, el flamenco, latin, pop… Al querer expresarte sale sola, como pasa con los idiomas que a veces te das cuenta que ciertas emociones y sentimientos se expresan mejor en un idioma que en otro, hay frases hechas que no se pueden traducir y que necesitas decirlas en ese idioma. Con la música creo que me pasa igual.
Comienzas tus estudios en Madrid, pero sigues en Cuba y Nueva York. ¿Cuál ha sido el punto de partida para cambiar de países?
La música, siempre ha sido mi motivación. Querer sumergirme en la sonoridad que me gusta, en la atmósfera que la envuelve, en la cultura y formas de vida que la hacen posible. En Madrid estudiaba con grandes maestros, músicos cubanos que me recomendaron ir a estudiar a la Habana. Busqué becas para ir a estudiar a Cuba, después me fui a New York, quería vivir la escena del jazz newyorquina, era un sueño para mí.
¿Qué te ha aportado el jazz en toda tu carrera?
Me ha aportado libertad y mucha felicidad. Sentir mi profesión y la música como una forma de vida, como un@ compañer@ que siempre está a tu lado. Los conocimientos musicales que se desarrollan a través del jazz, te dan la llave para poder tocar y entender a músicos de muchos estilos y eso es maravilloso, te da una visión muy amplia. El jazz le da a la música y a la vida una dimensión ilimitada.
Para FeminaJazz es su primera edición, ¿qué te parece esta iniciativa?
Me parece una iniciativa genial, muy necesaria, para dar visibilidad a la figura de la mujer dentro del jazz, tanto como intérprete, como creadora y como líder de sus propios proyectos.
– ¿Que aportará tu paso por FeminaJazz en tu carrera?
Mucha satisfacción, visibilidad, un gran apoyo. Estoy muy ilusionada con este Festival.
– ¿Es difícil como mujer hacerse un hueco en la música o más en el jazz concretamente?
Sí, es difícil, supongo que como en muchas otras profesiones donde no hay muchas mujeres que se dediquen a ello, bien porque no han tenido oportunidad o bien porque no han tenido referentes en los que apoyarse. Al no haber muchas mujeres dedicadas a este arte, parece que no se cree en ellas, no se confía ni se da las mismas oportunidades para que puedan desarrollarse. Igual no se hace intencionadamente, puede ser la falta de costumbre, no lo sé. Alguna vez me he dado cuenta que en algún trabajo no sabían muy bien cómo comportarse conmigo, porque sólo habían trabajado con hombres instrumentistas, les resultaba algo extraño. Pero es verdad que todo esto está cambiando y cada vez siento que importa menos el género, sobre todo en las nuevas generaciones y esto me hace muy feliz.
¿Qué piedras en el camino te has encontrado para sacar adelante tu carrera musical?
Al empezar un proyecto propio a veces se hace bastante complicado, porque el jazz no es un género tan mainstream y no mueve tanto caché en un principio, como se puede dar en otros estilos musicales. Por eso además de componer y liderar musicalmente, necesitas difundirlo, darle visibilidad, buscar incluso a veces tú mismo los conciertos, organizarlos… Es mucho trabajo y en un principio se hace muy cuesta arriba.
Otras veces, esas piedras han sido bloqueos y barreras adquiridas por algunas experiencias: como entrevistas de trabajo para ser pianista, donde me han preguntado si tenía hijos, si estaba casada, si tenía novio, si esperaba tener hijos… No sé si a un hombre le hacen esas preguntas. También he escuchado frases como “toca bien, como un tío” o “No quiero llevar a mujeres en la gira porque siempre hay problemas”, frases que te hacen cuestionarte, pensar si estamos en el siglo XXI o en la Edad Media.
En general la mayor piedra es la remuneración, ver que dedicándote a trabajos artísticos puedes pasar por momentos de inestabilidad económica, te da miedo, te paraliza muchas veces, sobre todo al principio.
– ¿Es España un patio difícil de conquistar?
La verdad, es muy difícil, los músicos no estamos nada valorados, no hay cultura musical donde se aprecie el trabajo y el esfuerzo por la creación.
Hoy en día en España, dedicarse en exclusiva a ser músico es casi una heroicidad, por lo mal pagado que están los conciertos y el casi inexistente beneficio de la creación de los discos. La mayoría de nosotros tenemos que estar pluriempleados en diferentes trabajos musicales o dar clases, por lo que tener una continuidad en los proyectos es casi imposible.
¿En qué país has tenido mejor acogida?
Cuba
¿Qué influencias o referentes musicales tienes?
Tengo muchas influencias y referentes como Brad Mehldau, Avishai Cohen, Geri Allen, Nina Simone, Robert Glasper, El Trio Bad Plus, Esbjörn Svensson Trio, Miles, Herbie Hancock, Paco de Lucía, Bebo Valdés, Chano Dominguez, Esperanza Spalding…
¿Cómo fue la creación de tu disco Reflexión y esas combinaciones de cambios musicales que van desde el flamenco hasta la música clásica?
Reflexion ha sido mi primer álbum, en él recogía las experiencias musicales y vitales que he tenido los últimos años, quería que cada tema fuera como un pequeño viaje por ese momento vivido. Hay temas de jazz latino de mis influencias y vivencias en Cuba, más blues, pop y contemporáneo de New York, más clásicas y flamencas de mi niñez y adolescencia en el sur de España.
Con ese trabajo has trabajado en colaboración con un trío, con contrabajo y batería, ¿cómo fue esa experiencia?
Ha sido una experiencia genial. Tengo mucha suerte por trabajar y colaborar con grandes músicos, que son personas maravillosas, que aman a la música y se entregan a ella con su alma.
¿Próximos proyectos?
Ahora mismo hemos sido premiados para la estancia en la Residencia de Jazz de Conde Duque y estamos creando nuevos temas, para lo que será mi segundo álbum, junto con Ander García (contrabajo) y Shayan Fathi (batería). Estos temas los presentaremos en el Festival Internacional de Jazz de Madrid 2019, ahora en Noviembre. También seguimos con conciertos y organizando posibles giras internacionales.
¿Un sueño por cumplir?
Me encantaría sacar nuevo disco este año! Gira internacional por Festivales importantes y compartir nuestra música cada vez con más personas de todo el mundo.