Una historia no tiene por qué ser profunda ni metafísica para ser buena, siendo meramente sencilla y conmovedora, vale para que cada uno comprenda en el guion y se lo amolde a su entender, a su conveniencia, a su forma de ver las cosas; porque cada mente es un mundo, porque cada mundo un universo de pensamientos, todos válidos para recrearse en un guion llano y directo al corazón como es el de Días de pesca en Patagonia, la última puesta en escena de Carlos Sorín.
En 2012 el director argentino Carlos Sorín, estrenó Días de Pesca en Patagonia, y como todo su cine, es directo, claro y con la propia vida como protagonista.
Un viajante de comercio, Marco, emprende un viaje personal para un cambio de vida y poder así dejar atrás su dependencia del alcohol. La Patagonia y la pesca serán sus aliados, y además, de paso, podrá ver a su hija Ana, con quien no tiene mucha relación en los últimos tiempos. Días sin vinos y con algunas rosas, con y sin espinas.
Una característica principal de este director argentino es ponernos en la piel del protagonista, de hacernos sentir lo que él siente. Nos hace sumergirnos lentamente en el desarrollo de la historia para que la acogida sea buena y paulatinamente sintamos lo que hay detrás de pantalla como si de algo nuestro se tratase.
En esta historia son suficientes dos personajes, un padre y una hija con poca relación y la existente de hace años, no con buenos recuerdos. Él intenta recuperar el tiempo perdido, sabe que se equivocó y su cara lo refleja, pero también muestra el miedo y la indefensión de no saber la respuesta de esa hija, a la que añora, aunque no sepa cómo acercarse a ella.
Un final tan abierto como la vida misma, esa esperanza de saber que no todo está perdido y que la soledad puede que no sea lo último que le quede, en esa nueva vida que el protagonista busca. Sorín ha ahondado bien en los sentimientos, plasmando una emotividad continua en las miradas, en los gestos, incluso en las parcas palabras que salen de esas breves conversaciones durante el metraje y que quedan siempre pendientes en un desenlace que queda ahí, con una sonrisa y a pensar; que como buen cine de autor no todo está dicho el debate queda abierto para que el público opine y piense por sí mismo, sin que nadie le marque unas pautas.
Título original: Días de pesca – Dirección: Carlos Sorín – Producción: Kramer&Sigman, para Guacamole. Argentina 2012 – Guión: C. Sorín – Fotografía: Julián Apezteguia – Montaje: Mohamed Rajid – Música: Nicolás Sorín Intérpretes principales: Alejandro Awada, Victoria Almeida, y otros actores no profesionales –Duración: 80´