«Es que habría que matarlos»«¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte?»«Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida»
Esperanza Aguirre y Gil de Biedma
política española
Quería dejar reflejada aquí para la posteridad aquella perla de nuestra amiga Esperanza Aguirre. Claro que sí, con qué salero se mofa de una profesión que, a diferencia de la suya, trabaja con honestidad por y para la sociedad. Esta mujer perdió la vergüenza hace mucho tiempo, pero más allá de indignarme… me dejó sin palabras. Así que indagué un poquito buscando algo de consuelo en lo que otros más capacitados hubiesen podido afirmar. Premio, aquí tenemos una carta para la queridísima Espe:
Excelentísima Espe:
Desgraciadamente, hace ya mucho tiempo que los ciudadanos españoles hemos agotado nuestra capacidad de asombro ante las desvergüenzas, faltas de respeto, demagogias, egoísmos y prácticas amorales, cuando no directamente ilegales, que practica habitualmente esta casta política con la que nos ha tocado lidiar.
No obstante, Sra. Aguirre, le diré que seguimos teniendo aún una cierta capacidad de asombro, repulsión e indignación, que nos hace revolver las tripas cada vez que uno de nuestros excelsos representantes, democráticamente elegidos, vuelve a dejar nuestro sistema político por los suelos con una de sus fantasmadas impresentables. Es por eso por lo que me molesto en dedicarle estas inútiles líneas.
Gran reflexión y elegante bofetada desde Sinarquitectura. Quería apoyar también esta entrada sobre la perla de Espe con algo de información de aquel edificio que provocó semejante absurdo.
Los arquitectos de la Casa Consistorial de Valdemaqueda son Ignacio García Pedrosa y Ángela García de Paredes y el cliente, tal y como apunta el alcalde de la localidad a Aguirre, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
La obra, de 527 metros cuadrados, fue premiada en la V Bienal de Arquitectura Española de 1999 y fue finalista del Premio FDA de Arquitectura de 1999. Recibió además el Premio de la revista inglesa Architectural Review A+R Award. Se inició en enero de 1996 y se concluyó en diciembre de 2008. Costó por aquel entonces 50.225.042 pesetas, unos 300.000 euros actuales. Nada… un proyectito cualquiera.
Total… que ahora denuncia que le han amenazado de muerte.