
A los hombres se nos pide el 8M escuchar más, dirigir menos, y liberar a nuestras compañeras. El 8m las mujeres marcharán por una igualdad real, y nosotros las apoyaremos cubriendo su parte del trabajo. En sus puestos o en casa.
El resto del año se nos pide corresponsabilidad.
Es cierto que puede decir alguien «para apoyar las reivindicaciones trabaja todos los días, no solo ése», qué cierto. Pero no es menos cierto que ese día las mujeres han de abanderar la lucha por sus derechos y libertades, y nosotros tenemos un papel, el de liberarlas. El resto de días, los 364 restantes, la corresponsabilidad masculina es clave para afrontar la crisis de cuidados y la conciliación entre ésta, y el desarrollo personal y laboral.
Postureos
Es triste pero hay políticos que en lugar de tomar medidas corren a ponerse en la foto todos los años. El pasado año hubo protestas contra la actitud de algunos alcaldes, y otros cargos, que corren como gamos a ponerse en las fotos y cabeceras.
Son «Señoros», que incluso a veces, toman medidas retrógradas contra la igualdad de género. O los que aceptan las soflamas del nuevo fascismo, o los negacionistas del terrorismo machista. Esos también caen con todo su rostro en el «postureo» más tóxico. Nosotros, los que ya somos integrantes o aspiramos a engrosar las listas de la nueva masculinidad debemos dar ejemplo, así nos lo han pedido.
Ruptura de consensos, mentiras y regresión
El feminismo es hoy trasversal en lo social, pero claramente sesgado en lo político, es así. Es necesario asumirlo, nadie se puede autoengañar, que para engañar, ya hay otros.
Hoy hay más razones que el año pasado para manifestarse. Personajes que sembraron esperanza pero son fruto del patriarcado, como el Papa Francisco y su «machismo con faldas». La ultraderecha española, la que siempre vivió en el seno del PP, ahora se emancipa y marca agendas y discursos. El líder del partido que más poder ha tocado en la España constitucional, Pablo Casado, pretende concienciar a las mujeres de lo que supone un embarazo, qué atrevida estupidez. Y ahora intenta convencernos de retroceder a la antigua ley del aborto, ya superada, a la que también se opusieron. PP y Vox vuelven a poseer los cuerpos de las mujeres para hacer electoralismo de trinchera, y C´s, mientras, se deja querer. Asesinatos, violaciones, y maltrato masacran a las mujeres, mientras otros generan bulos y falsedades para negarlo.
Feminismo liberal y neomachismo
Esto del feminismo es la lucha por más democracia. Al final esto va de renunciar, o abolir, una serie de privilegios otorgados, a costa de socavar los derechos de los demás -lo de siempre-. Y la profundización de la democracia va de eso ¿no?
Sin embargo ahora aparece «el feminismo liberal» que no es más que neomachismo. El nuevo machismo de los que se sienten estafados por las promesas del patriarcado. El nuevo machismo de un sector de mujeres que por suerte para ellas han ingresado en ese sistema de privilegios. Una suerte digo, para ellas, y una desgracia para las demás.

La transformación social y la transformación de la masculinidad
Este nuevo periodo de transformación, la emocionante lucha del feminismo, necesita también de una transformación de la masculinidad. La corresponsabilidad en los cuidados, en el sostenimiento más básico de la sociedad, de la vida. El fin de la homofobia y los estereotipos de género. La auténtica libertad sexual y afectiva, etc. Ahí vamos, y la maravillosa culpa de todo es de las mujeres.
Por eso, para alcanzar esa transformación, para ganar democracia, libertad, dignidad y justicia, el 8M yo voy. Voy a quedarme en mi casa, o voy a liberar a las mujeres de mi entorno. Y al día siguiente, seguiré luchando para acabar con los estertores del agónico machismo que un día se me inoculó.