En el crepúsculo del estado, la esencia
La escritura de Edith Stein es tan pura que sin querer hiere. Pero esta pureza no es sino el producto de una actitud nada natural, de un relativo forzamiento, como saben todos los que, con mayor o menor fortuna, han seguido el sendero del despojamiento fenomenológico, esa aventura en tenaz busca de la cosa misma.