Retratos literarios: «Venus privada», Giorgio Scerbanenco
El lirismo del thriller sólo puede ser el lenguaje: Scerbanenco anhela narrar una historia mediante la queja, la avidez de contarlo todo, con pausa y, sin embargo, furia. Su rabia nos alcanza intacta, colmada, sin censura, porque el narrador está muy cerca de él. En ocasiones desconocemos quién habla, y es posible que esto lleve a creer que Scerbanenco es Lamberti, y se confunde al mensajero con el mensaje, argucia de viejo escritor en lo mejor de su carrera y en la mejor verdad de su carrera. En esta sociedad cuyas divinidades terminan asesinadas en los solares de cualquier suburbio, muertes que casi siempre es inútil investigar, la prosa afilada de Scerbanenco nos exhorta a insistir.
Desde la ruina viva: Quignard o la otra ficción (II)
Y así la obra-monumento de Quignard parece condenada a desaparecer en el espacio, toda vez que mantiene una relación ambigua con el tiempo. Este es un proyecto en construcción, un monolito inacabado, todavía pendiente. Lo que, por un instante, como tal obra monumental, es asumida por el escritor como plenitud y finitud, pero que deliberadamente borra los límites entre pasado, presente y futuro.
La vida que no vemos: sobre «Un hombre afortunado» de John Berger
Durante un tiempo la fotografía nos hizo creer que todo podía ser mirado, porque residía en el exterior. De ahí que fuesen tan frecuentes las fotografías de muertos, ejecutadas con un posado tan perfecto como vacío. Pero hay que repensar la lógica del fantasma, por ejemplo para hacerse a la idea de que la fotografía […]