La palabra del tiempo que aspira a la eternidad. A propósito de «Lo que funda el silencio», de Luis Ramos de la Torre
Déjenme con las cosas fundadas en el silencio Sophia de Mello Breyner Andresen[1]Instante en “Antología poética”. Sophia de Mello Breyner Andresen. Traducción y prólogo de Rodolfo Alonso. Ed. Arquitrave, 2005 (p. 45). Nos introduce el historiador francés Alain Corbin (Lonlay-l’Abbaye, 1936) en su “Historia del silencio” que, en otros tiempos, los occidentales apreciaban la profundidad y […]
Retratos literarios: «Piedras», Roger Caillois
La piedra nos arroja al afuera del pleonasmo: la piedra es un ornato a la altura de las palabras. Ante la imposibilidad de interpretar esos signos, quizá este humanismo de Caillois nos conduzca a apilar estas escrituras, a poner piedra sobre piedra en el bosquejo singular que se hace por las propias instancias. Evidentemente, el humanismo de Caillois se confirma con su preocupación por que la poesía sea un intermediario privilegiado del conocimiento y, por tanto, un medio para tener más control sobre la realidad. Eso explica, por ejemplo, que la poesía de Saint-John Perse le fascine, pues manifiesta, no por nada, una comprensión inigualable del universo, siguiendo la síntesis orquestal de la naturaleza y las civilizaciones que realiza.
Anne Carson, anuncio por palabras
Atreverse a querer, osar eso que, si releemos a Safo a partir de la bella y doctísima lectio de Carson, es sólo nombrable con un neologismo. Porque el deseo erótico es glukupikron, dulceamargo, tanto más dulce cuanto más amargo, dulce aunque amargo, dulce porque amargo, porque son estas variedades o permutaciones las que constituyen la lección misma del deseo bittersweet. Adelanto mi juicio. Detesto los poemas de desamor y es de desamor de que lo que aquí se habla, lo que aquí se narra. Podríamos hablar de algo así como un matrimonio fallido. Pero es uno que no deja de fallar, que lo hace desde el principio. Se trata de un matrimonio por así decir poco conyugal. Que no se aclimata al ocaso tierno y amistoso de la pasión, porque el matrimonio de éxito supone el fracaso de otra cosa. Es el sabio camino elegido por la vida para que la pasión no la desborde ni la haga imposible. En cambio, y así comienza (o no) el poema, A wound gives off its own light, una herida desprende su propia luz. No se salda ni se suelda. Carson dice que se trata sólo de una analogía, de una demora (a delay).
Lo que somos: acerca de un libro de Beatriz Miralles
Una obra de recalificación de lo cotidiano, eficaz ante los lectores, que constituye una forma de ilustrar la experiencia estética dentro de la construcción social de la realidad, macerando sus textos para movilizar, dentro de su experiencia ordinaria, nociones del mundo del texto, por utilizar la expresión de Ricoeur. Se trata, en efecto, de una inversión de la situación –no práctica, sino simbólica- toda vez que es inmenso el papel que la experiencia estética parece desempeñar en la constitución de la realidad social. Mientras haya discurso, hay esperanza. Y cuando la palabra desaparece, la lengua no tiene nada que ver. El recomienzo que esboza cada nuevo uso discursivo está cautivado por sus virtualidades de desarrollo, y pretende espontáneamente llevar la totalidad de la palabra a su estilo y a su mundo. Pero nada puede evitar que se exponga de nuevo. El mundo sigue pasando. Si mantener la palabra es la exigencia irrenunciable, se trata entonces de buscar no la verdad del lenguaje, que sería una tarea ardua e inútil, sino de que ese lenguaje esté sólo donde tiene que estar. Estar allí, en los días, siquiera para decirlo, que el lenguaje literario alcance lo sublime al despojarse de todas sus envolturas artificiales, de todos sus revestimientos lingüísticos convencionales, también cuando rompe los biombos sociales, políticos e ideológicos para abrazar el movimiento de la Φύσις.
César Simón y el jardín de la eternidad
A menudo, se debate sobre el lenguaje y la emoción en la literatura, como si la técnica y el uso pragmático del uno fueran contrarios a la humanidad y transcendencia de la otra; de tal modo que no pudieran coexistir en un todo, más allá de convertirlos en rivales y “echarlos a reñir”. Quizás porque […]