¿Nos tomamos en serio a Sylvia Plath y a «La campana de cristal?»
I am. Soy. Estoy. No es simplemente un verbo conjugado en primera persona, sino una declaración de intenciones. Alberga la contundencia de una decisión, del riesgo a no encajar y a ser encasillado, juzgado, relegado. Es lenguaje y pensamiento… o pensamiento y lenguaje. Afirma y niega, al mismo tiempo; porque ser implica dejar de simular, […]
Un portulano de llanto
Y es un golpe de genio, como el último acorde de una balada triste, un poco loca y perversamente naif, el que elige Christle para cerrar su itinerario. Por si nos ha dado pesadumbre, aunque lo hayamos devorado con los ojos chispeantes y una permanente media sonrisa, a lo que ayuda sobremanera la acogedora edición. Estimulante y depresiva, suministradora del estímulo de la depresión. En esto me recuerda Heather Christle a Cioran, si es que se puede comparar, sin dar un salto mortal, al mejor heredero de los moralistas francesas, con esta inteligente pitonisa, disfrazada de ese muñeco un poco raro y kawaῑ, que nos conmueve en una tarde de lluvia mientras escuchamos canciones de Belle & Sebastian en un tocadiscos.
El Tango es muy diferente en el Arcadia o en Coney Island
Sabemos, al menos desde Jacques Derrida, que la clase de luz (natural o artificial) bajo la que uno escribe no es una cuestión baladí. Claro que esto también interesa al momento, al instante o al segmento temporal en el que se produce la escritura. No es irrelevante que se escriba de noche, como no lo […]
Llamadme todos los nombres: deseo trágico y locura en Moby Dick
Es difícil hablar sobre Moby Dick[1]Todas las referencias utilizadas pertenecen a la edición MELVILLE, Herman. 1994. Moby Dick. London: Penguin, pp. 536 (aunque las traducciones son nuestras, se recomienda, por su accesibilidad y calidad, la efectuada por Inga Pellisa y Enrique Pezzoni para Penguin Clásicos). porque es un gran libro. Porque es tal cosa y, […]
La ciudad que nunca duerme: sobre un film de Jules Dassin
Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la corriente dominante de Hollywood absorbía las técnicas del documental y las lecciones del neorrealismo italiano, y los productores seguían empleando alegremente a cineastas de izquierda, The Naked City (La Ciudad Desnuda, 1948) se identifica invariablemente como un clásico. Pero además, un clásico que sobrevive a las décadas […]