Sobrevivir al desplome. «Atlantic City (1980), de Louis Malle».
Un neonoir sencillo, dramático, con escasa espectacularidad a pesar de los crímenes, seco en algún pasaje; que nunca se regodea en lo sórdido, no juzga la amoralidad de sus personajes y que acaba con un gran final de dos seres orgullosos uno de otro, que han apartado un patetismo vital encontrando a su forma la dignidad; seres anacrónicos en un mundo que se tambalea.