Coincidiendo con el 120 aniversario de su nacimiento, la ciudad de Granada recibía finalmente en 2018 el legado de Lorca procedente de la Residencia de Estudiantes de Madrid. En el centro Federico García Lorca se depositaron un total 19.000 documentos entre manuscritos, correspondencia, fotografías, dibujos, libros ilustrados por el poeta, partituras de obras propias, obras de arte de diferentes artistas y otras curiosidades como recibos de cobro de los derechos de autor, carteles de teatro, o programas de mano. El denominado Año Lorca en Granada coincide con el centenario de la publicación de su primer libro, que ha regresado a las librerías para recuperar el debut, en prosa, de uno de los grandes autores de la literatura universal del siglo XX.
La editorial Biblioteca Nueva publicaba a principios de este año una nueva edición conmemorativa de Impresiones y paisajes, coincidente también con el centenario de su llegado a la capital e ingreso en la Residencia de Estudiantes.
García Lorca, talento musical
El debut literario de García Lorca, Impresiones y paisajes, fue un libro escrito en prosa sobre sus viajes culturales con su profesor de literatura y compañeros siendo un joven estudiante de la Universidad Granada. En aquellos años el poeta era, sin embargo, el músico del grupo.
Su madre Vicenta Lorca quiso que sus hijos estudiasen piano, y fue Federico el que demostró enseguida una extraordinaria destreza. Con el maestro Antonio Segura Mesa hizo notables progresos desarrollando un gran talento como intérprete y compositor, que le hacían ver en la música el mejor medio para expresarse artísticamente. Aunque contaba con la complicidad de su maestro para mudarse a París a continuar con su formación musical, sus padres tenían empeño en que cursase una carrera universitaria antes de lanzarse a la aventura y tener una profesión con un futuro más garante. Esto le llevó a matricularse en la facultad de Filosofía y Letras y Derecho de la Universidad de Granada. La mayoría del tiempo lo seguía dedicando a la música y había empezado a componer, cuando el fallecimiento del maestro Segura Mesa truncó sus planes.
Inmediatamente a este hecho se inició el primer viaje universitario organizado por su profesor de literatura Martín Domínguez Berrueta. Un catedrático con la creencia de la necesidad de un sistema más vanguardista que promovía para sus clases el estudio de los monumentos y lugares de interés. En sus viajes y excursiones instaba a sus alumnos a tomar notas e impresiones de los lugares que visitaban. En esas escapadas realizadas entre 1916 y 1917, en las que llegaron a conocer a Unamuno y Antonio Machado, se despertó en García Lorca la vocación por las letras.
Los primeros en leer esos textos o especie de crónicas de viaje fueron los jóvenes que se reunían en la tertulia del Café Alameda de Granada, el llamado grupo Rinconcillo. Fue en 1918 cuando se publicó por primera vez el libro que recopilaba todos esos textos. El padre del poeta sufragó los gastos de la publicación, no sin preocuparse antes de que éste valiera la pena, y solicitó el parecer de varios escritores y periodistas que auguraron un extraordinario porvenir a su hijo en la literatura.
La prosa como punto de partida
Caminatas románticas por la España Vieja se publicó finalmente en 1918 bajo el título Impresiones y paisajes, y contó con Machado entre sus primeros lectores. La «auto publicación» costeada por su padre no daba lugar a una repercusión nacional. Se imprimieron pocos ejemplares y, al cabo de los meses, Lorca retiró de las librerías granadinas las que no se habían vendido.
Impresiones y paisajes pasó desapercibido y es, de hecho, el libro menos conocido de su obra. No por ello menos importante. Ahora cobra valor como el punto de partida de la obra de Federico García Lorca. Su debut literario y el germen del gran poeta que fue.
Artículos, personalísimas crónicas en las que habla de sentimientos y emociones, y apuntes de viaje, a medio camino entre el ensayo y el poema en prosa. La musicalidad de sus textos, sus poéticas descripciones, lo convierten en un libro de poesía escrito en prosa. En sus letras y descripciones todavía puede apreciarse su gusto y vocación musical. No sería solo en una ocasión en la que describe los campos de Castilla como «sinfonías en sangre reseca»[1]Ibíd., p.47. o ve en la naturaleza la creación de sinfonías.
Una vez fallecido Lorca, ha sido reeditado en varias ocasiones, pero esta edición conmemorativa de su primera publicación viene a ser la «recuperación» definitiva de Impresiones y paisajes. A cargo de ella han estado Jesús Ortega y Víctor Fernández que han incluido, además de ilustraciones de Alfonso Zapico que reproducen los lugares que visitó el poeta y describe en sus textos; una primera parte introductoria para ubicar y presentar la obra. Un álbum fotográfico final, con algunas fotografías de la colección de Ian Gibson o imágenes de las dedicatorias de esa primera edición del libro.
Título: Impresiones y paisajes |
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Referencias
↑1 | Ibíd., p.47. |
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