Emily (2022) cuenta la vida imaginada de una de las autoras más famosas de la historia de la literatura. La ópera prima de Frances O’Connor como directora, nos acerca al mundo de Emily Brontë (Emma Mackey) a Haworth, sus Cumbres Borrascosas. Un lugar lleno de naturaleza, páramos, de lluvia. También un lugar en el que la creatividad de las Brontë florece prácticamente como supervivencia a la monotonía, pero también parte de un genio compartido y retroalimentado.
La creación fluye de forma natural entre los hermanos, es parte de la familia, de la forma en la que se relacionan, de quienes son. Sin embargo, es precisamente este gen el que supone un conflicto cuando alcanzan la edad adulta, esencialmente para las hermanas. El ser y el deber ser. No pueden vivir en sus historias para siempre y eso es algo que la mayor, tiene muy presente.
“La gente te llama la extraña”- le espeta una Charlotte Brontë avergonzada, preocupada, pero también resentida con que su hermana no se ponga su propio corsé. Resentida con el molde al que Emily ha decidido no amoldarse y que oprime su propia alma creativa.
O’Connor nos presenta a Emily como una mujer enigmática, incomprendida. Una mujer que es demasiado. Demasiado apasionada, demasiado inteligente, demasiado curiosa, libre, demasiado inconformista para encajar. No es sencillo para las almas libres existir bajo las normas sociales de una sociedad campestre del siglo XIX. En especial si se es mujer. Eso le sucede a Emily.
Si Emily encuentra libertad, lo hace en los paseos bajo la lluvia, en el lugar seguro que es su hermano dentro de un mundo que se empeña en decirle que es inadecuada, también en la escritura. La libertad la observamos a menudo de la mano de preservación de su propia autenticidad. Todo ello enmarcado en una atmósfera densa, opresiva, que la fotografía crea de forma óptima, trasladándonos a un lugar parecido el que vivieron sus tormentos Catherine y HeathCliff con una estética romántica y gótica. Es precisamente esta estética junto con el intento de recreación de historia de amor tormentosa vivida por la autora, lo que puede hacernos sentir que estamos en una especie de antesala, de gestación de Cumbres Borrascosas.
