Michael Druks es un artista nacido en Israel que desarrolló su obra en los años 70. Sus creaciones se ven como el icono del arte israelí de vanguardia a pesar de ser un artista afincado fuera de su país (Holanda y Londres). Ha desarrollado un arte polifacético que va desde las instalaciones hasta los collages, pasando por el vídeo, la performance o la fotografía.
En este caso, “avistamos la poética” de su serie de cartografías personales. Druksland es una cartografía retrospectiva donde lo que se representa es la misma cara del artista. Vale la pena detenerse y analizar, no sólo el excepcional grafismo de esta obra, sino también la forma en la que reinterpreta las partes de un elemento para él tan conocido como su rostro. De esta manera, la boca aparece como un “río”, el cabello como “vegetación” y la frente -aquella parte donde alberga su inteligencia y afectos-como un “territorio ocupado”. La belleza con la que detalla las imperfecciones de la piel, las arrugas, los distintos “niveles topográficos del territorio facial”… hacen que sea una auto-representación crítica y hermosa.