No hay una crisis en la música ni en los amantes de la música, solo en el negocio de la música grabada. De las empresas que gestionaban las diligencias con las que se transportaban las cosas en el Wild West, solo una sobrevivió con la llegada del tren. Y esa fue Wells Fargo, porque supo adaptarse a un nuevo ambiente. Transportaba oro, así que se convirtió en un banco. La tecnología digital es increíblemente rupturista para el negocio tradicional de la música. Estas compañías discográficas que llevan veinte años gestionando el mismo entramado de veinte mil trabajadores terminan por actuar a la defensiva. Tienen miedo a que les pase lo mismo que le pasó, por ejemplo, a la industria de las máquinas de escribir.
Peter Jenner (PJ), recién graduado por la Universidad de Cambridge en Económicas, entró a dar clases acto seguido en la London School of Economics. Lo que ahora debería seguir, es una carrera exitosa en lo académico pero no, el camino que tomó PJ fue otro.
El Soho londinense y los numerosos pubs de la época se convirtieron en el marco que cambió lo que hasta entonces había sido su trayectoria vital. Y la música, sobre todo la música. Con los años sesenta de fondo, PJ escucha en un lugar conocido como Marquee Club, lo que un muchacho llamado Syd Barret (SB) tocaba ese día.
Desde entonces quedó prendado del músico, y a partir del momento en que SB junto con otros músicos fundaran la banda Pink Floyd y PJ se convirtiera en su mánager, la vida para ellos cambió para siempre.
Ahora PJ tiene sesenta y ocho años, preside el International Music Manager’s Forum y es miembro de la Featured Artist Coalition.
Hasta aquí la presentación del señor Jenner que podría ser mucho más extensa, por supuesto. Siguiendo con mi costumbre de relacionar citas, ésta lo está con la antepenúltima par, la número 96, en la que el protagonista era Hernán Casciari. No fue una visita en vano, me pasé por su web y empecé a leer por encima el número 5 de la revista Orsai, lo que ha facilitado la cita de hoy. Es una entrevista a PJ, leedla que merece la pena. Ambas entradas también están relacionadas por el contenido, las crisis que está sufriendo el negocio de la música grabada y la crisis del mundo editorial.
Para ir terminando, destaco una distinción hecha por el protagonista de la entrada de hoy sobre los consumidores de música:
I don’t like to use the word consumer in the context of the digital world. We do not ‘consume’ files. There is no limit to the number of files that can be copied. Every time you send a file to somebody else, you increase the supply.
No considera correcto el uso de la palabra consumidores de música para referirse a los que escuchamos música, puesto que no la consumimos. Las canciones que escuchamos, podemos disfrutar de ellas las veces que deseemos. No consumimos archivos.
Si queréis leer en inglés sobre lo que PJ opina sobre la música, el copyright y otros temas, no tenéis más que abrir el siguiente enlace para haceros con esa información y así, también, descubrir porque se le considera una de las voces más autorizadas y avanzadas del mundo de la música. Hasta la siguiente cita 😉
PD: 100 citas nada más y nada menos. Esa cifra supone casi 2 años de citas, porque actualizamos sólo una vez a la semana. Hemos fallado, deberíamos llevar unas pocas más pero, tampoco esperábamos cumplir con esta rigurosidad. ¡A ver si conseguimos llegar a 200!