Zoología de los celos
«Ella era una mariposa iridiscente. La capturé para que revoloteara, feliz e ingenua, a mi lado. Un día dejó un rastro de babas: mi mariposa se había transformado en caracol. Se deslizaba grácil sobre una lámina de agua que reflejaba su belleza, segura de sí misma, elegante y escurridiza. Sospeché que ya no era mía, […]