Allá por 1917, el mando austrohúngaro sumergido en la Gran Guerra (por aquel entonces no se la conocía todavía como 1ª Guerra Mundial hasta que no hubo una segunda, otra cosa no lo sé, pero ordenados y coherentes, eran), tomó la decisión de realizar este curiosa y compleja infraestructura. Resulta que gracias al Paso de San Boldo, se acortaron en torno a los 50 km respecto a los itinerarios que se usaban hasta entonces, así que, dotados de sus más exquisitos métodos, excavaron el paso en solo 100 días. Entre febrero y junio de 1918, trabajadores en turnos de hasta 10 horas, prisioneros de guerra e incluso mujeres y ancianos fueron partícipes de tan histórico proyecto.
Esta valiente serpiente, capaz de atravesar los Alpes Dolomitas, une las ciudades italianas de Trichiana y Tovena, y en la actualidad sigue teniendo las mismas características físicas que en aquellos años le permitieron mantenerse en pie. Se han reforzado sus muros y añadido semáforos que permiten la circulación en ambos sentidos, ya que la anchura máxima tan solo alcanza los 5,50 m. No hay más que ver este vídeo donde se aprecian perfectamente sus características interiores. Fijaos también en este precioso dibujo, quienes conozcáis profundamente el idioma alemán pasaréis un rato verdaderamente divertido, el resto… pura intuición.
Bonita imagen de que atraviesa la historia, creo que esta es la verdadera razón por la que hoy traigo aquí este paisaje humanizado. Flickr Giancarlo Rado
[…] que hace historia mientras está siendo construido, por eso… y porque me gustan mucho estas imágenes en las que animales tipo ovejas o cabras son protagonistas junto con la arquitectura… traigo estas instantáneas de época. La Sagrada Familia creció, […]