*Spoiler alert* el siguiente texto contiene spoilers de WandaVision
La tristeza puede convertirse en un espacio difuso, fagocitante, que con cierta facilidad puede engullir(nos) mucho a su paso. Posee sus propias leyes físicas alterando la noción del tiempo. A veces da paso al tedio y este pasa a ser el ralentí con el que cruzar el día, la semana, el mes, los años. La pena es una cuestión de espacio, de ensanchamiento de la tristeza donde la melancolía sostiene una arquitectura frágil. Si las emociones poseen una geografía propia ¿cuánto espacio ocupan las emociones alegres? ¿cuánto las tristes?
Puede ser que estas últimas se ensanchen o tal vez ocupen el mismo espacio pero que nuestra forma de transitarlas, al ser más dolorosa, implique irremediablemente un mayor esfuerzo, un desgaste emocional considerable y de ahí, tal vez, esa inevitable sensación de que poseen una mayor presencia, de alguna manera nos pican, escuecen y arañan. Así que, de forma irremediable, alargamos nuestro transitar por ellas porque nos pesan más, caminamos con ellas a cuestas, como la señora del fotomontaje de Grete Stern.
De ese transitar lentamente con el peso del duelo y la pérdida, de lo complicado de echar de menos, de la radical certeza de lo que ya no será, pero a lo que desesperadamente seguimos aferradas, es de lo que trata la serie WandaVision. En ella, asistimos al proceso de duelo de la protagonista, Wanda Maximoff, y a los artificios de las artes oscuras a los que recurre para sobrellevarlo.
Hay en ella algo fascinante y devastador. Wanda no deja de ser algo inusual en el arco de desarrollo de personajes el MCU (Universo Cinematográfico de Marvel) y es que, la cadencia de su personaje se halla en el drama trágico de la pérdida. Un personaje así, sumergido en el mundo Disney, no deja de ser interesante ya que todo su desarrollo se basa en algo que, por desgracia, continúa siendo un gran tabú en nuestra sociedad.
A través de su historia nos sumergimos en una concatenación de duelos; el de la guerra, la pérdida de sus padres, posteriormente la de su hermano y finalmente, la de Visión. A quien, recordamos, termina teniendo que matar ella misma en Civil Wars, en un acto inútil, que no cambia el transcurso de los acontecimientos.
Para mayor desgracia, después de su muerte se le comunica que el cuerpo de su amado Visión, pertenece a S.W.O.R.D. Como si de una Antígona moderna se tratase, Wanda reclama su cuerpo, pero eso también se le niega. El cuerpo sintético de vibranium tiene dueño y debe permanecer en los laboratorios para rentabilizar el material. Otro tema que pone sobre la mesa WandaVision es que las pérdidas sin ritual de despedida son heridas abiertas que no pueden cicatrizar.
Es por ello que ante esta situación, un escenario absolutamente desolador y haciendo uso de sus poderes, Wanda toma como rehenes a los habitantes de Westview y construye una ficción con su magia en la que poder vivir la vida que no pudo ser. Puro artificio irreal. No solamente será el mundo en el que podrá tener lo que perdió sino en el que también podrá ser madre, una vivencia que el transcurso de los acontecimientos le arrebató. Para tejer esta ficción, Wanda recurre a la narratividad de las sitcom (comedia de situación) para mover en ella los hilos de un relato reparador que recorre las comedias norteamericanas de situación desde los 50′ en adelante.
¿Acaso tú no lo harías? ¿Hasta dónde llegaríamos si tuviésemos el poder de volver a tener a quienes perdimos? ¿Y si, además, pudiéramos construir el futuro que deseamos?
Entendemos a Wanda porque de alguna manera su acción ha sido alguna de nuestras fantasías de consuelo ante la pérdida. Lo curioso es cómo Wanda transita la figura de villana y víctima a la vez. Cómo comprendemos sus acciones porque proceden de un dolor tan vivo que nos toca.
Una maravillosa Mónica Rambeau, insiste en el cuarte del S.W.O.R.D en que a pesar de que ella sea la responsable de lo que está sucediendo, no hay que atacarla, insiste en que hay que hablar con ella ya que precisamente que haya recurrido al espacio de la sitcom no es una agresión directa. Rambeau recuerda que la principal víctima es la propia Wanda ejemplificando como personaje lo difícil que es acompañar a alguien en el proceso del duelo. Tanto es así que cuando Mónica trata de hacer consciente a Wanda de su duelo y de pedirle que detenga su magia, es expulsada directamente del mundo cautivo de Westview.
Es profundamente revelador, que el espacio narrativo elegido por Wanda sea el de las sitcom. Y que haya sido identificado como un espacio de seguridad, en definitiva, un espacio inofensivo. Según la filósofa estadounidense bell hooks las sitcom suelen mostrar a gente joven de clase media-alta, que están identificadas con el bienestar y la riqueza económica. De esta forma la afronorteamericana sostiene que en ellas «la identificación con la riqueza y el privilegio se muestra como norma». Mucha de esa narratividad repleta de felicidad sin fisuras que marcan los hábitos de consumo del capitalismo y el papel de la familia heterosexual, vuelven a estar presentes incluso en el proceso de duelo de Wanda.
WandaVision ha sido entendida como el viaje a través de los estados del duelo, en una interpretación lineal y mecánica de entender este complejo proceso. Como dice María Ramos, en su artículo Confiar en el dolor. 8 formas de acompañar a un ser querido en el duelo, en el último número de la revista La Madeja: “Nos han enseñado que el dolor es un problema y que nuestra función es resolverlo, erradicarlo, hacerlo desaparecer con todo tipo de estrategias de evitación, consejos, frases hechas y optimismo. Pero no podemos sanar el dolor de una persona si lo tratamos como un fallo que no debería existir”.
Se podrían cuestionar los métodos de Wanda y el daño que causa a la ciudad de Westview secuestrándola para su ficción, pero es profundamente poderoso ver cómo necesita de ese espacio para poder moverse hacia otro lugar. Cómo lucha contra sus propios demonios internos. Wanda se pregunta, y de alguna forma nos devuelve esa pregunta como espectadoras: ¿qué es el duelo sino amor perseverante? Podríamos acabar diciendo que Wanda viaja al pasado para poder comprender su presente y que esto es la única manera en la que puede enfrentarse a la gestión de un duelo que no pudo afrontar desde la experiencia de la guerra. O también se podría decir que WandaVision es una serie que trata de los artificios a los que la mente puede acabar recurriendo para poder sobrellevar el duelo.