De todos es sabido que los extremismos religiosos contienen unas conductas machistas y misógenas, y que a estas alturas de nuestro siglo siempre pensaríamos que deberían estar más que extinguidas, incluso años atrás.
Unorthodox está basada en las memorias de Deborah Feldman una de las guionistas. Aunque los hechos son de años atrás, cada vez está más retratado en el séptimo arte la iglesia judía ortodoxa y los extremos a los que llega por no perder adeptos y que sus normas no se rompan.
Esty es una joven de 19 años que tras un año de matrimonio no encaja ni en su cultura ortodoxa ni en ese casamiento concertado en Nueva York. Aunque no tiene casi relación con su madre que vive en Berlín, decide dejar atrás la vida que no ha elegido y labrarse una vida desde sus ojos y desde sus deseos.
En Unorthodox no solo vemos como el guion y la historia muestra la batalla que la protagonista tiene que lidiar con su comunidad, si no con ella misma y con la vida real. Salir de la burbuja en la que está inmersa es una aventura, un logro, pero al mismo tiempo un duelo que tiene que superar para encontrar su camino y su libertad.
Todo ello mostrado en cuatro capítulos, con flashbacks que más allá de desorientar al espectador van rellenando esas parcelas que se necesitan saber para las razones que han llevado a cambiar de opinión y de actitud a la protagonista, y como lleva a cabo todo.
Aquí no solo se tiene que retirar de su cuerpo ciertas vestimentas tiene que arrojar de su cabeza las ideas que le han sido impuestas desde la infancia, desde los ideales que su religión procesa y desde la creencia que todo debe ser como se le marca y no cómo desee.
El primer capítulo es el que nos plasma como ha sido su crianza en la comunidad jasídica de New York, y como todo cambia cuando se le impone por distintas vías, ser como quieren los demás que sea, y no como ella desea ser en realidad. Un capítulo donde la sonrisa no existe, donde solo se ve la imposición más allá de una petición.
Si queremos ver un cambio es en el segundo capítulo cuando Esty llega a Berlín, y ahí intenta soltar lastre y su físico cambia, retoma una visibilidad que está fuera de las estructuras ortodoxas, y comienza a ser ella misma, aunque por momentos se encuentre con los posibles clasismos de la propia sociedad que pone etiquetas por venir de donde uno viene.
El tercer capítulo y cuarto capítulo es donde la comunidad judía muestra todas las cartas, como quiere imponer a toda costa sus mandatos, sus ideas y su cultura patriarcal. Pero es cuando la libertad florece en Esty y ella poco a poco, con sus miedos, pero con su consistencia emocional toma las riendas de su vida y de sus cambios.
La actriz protagonista de Unorthodox, Shira Hass, lleva un gran peso a sus espaldas en cámara, pues está presente en la mayor parte de las secuencias, su cara de forma frontal se enfrenta a la cámara como su personaje tiene que luchar a sus cambios. Una persona que enmarca la timidez y la determinación por partes iguales, y luego está el hecho de una fisionomía débil, es una pura metáfora con respecto a su personalidad que es más dura finalmente que una persona de gran envergadura.
Por momentos el guion está navegando en la sentimentalidad del personaje de Esty, una parte un tanto documental con respecto a la comunidad que refleja y también del reflejo de la juventud con sus dobles aristas, la espontaneidad y sus prejuicios.
Unorthodox es una serie que se devora al igual que la protagonista es abducida por una religión, pero ella soltará lastre y nosotros nos quedaremos con la historia mucho más allá de la forma de ser grabada.