Nomadland
La salida se siente visceralmente cuando te duchas para quitarte los rescoldos de queso y grasa, pero qué trabajo cuesta levantarse para meterse en la ducha cuando por fin estás sentado en el sofá después de ocho horas de duro trabajo. Estamos en el siglo XXI, pero no lo parece. Espero la salida como hacía, hace medio siglo, mi padre en Carrocerías.