Espacios Cerrados en la literatura (I): «Malpertuis», de Jean Ray
Hay aquí un confinamiento terrible del que es imposible escapar, lo familiar que deviene horrible, ominoso. ¿Quién duda ya de que esta antigua casa sea la puerta abierta a nuestro propio subconsciente? Aquí reposan los monstruos, soterrados en desvanes. En nuestra mente, reposan otros, toda vez que, en el fondo, Malpertuis sólo está construida en el foco mismo de cada uno.
Frankenstein: el monstruo como necesidad
We are aesthetic beings through and through: we apprehend the world through aesthetic eyes.[1]McGINN, C. (1997) Ethics evil and fiction. Oxford University Press: New york, p. 121 En su obra magna Frankenstein (1832) Mary W. Shelley dejaba claro que en su tiempo -y aún en el nuestro- el cuerpo era el reflejo del alma. Desde […]