En el crepúsculo del estado, la esencia
La escritura de Edith Stein es tan pura que sin querer hiere. Pero esta pureza no es sino el producto de una actitud nada natural, de un relativo forzamiento, como saben todos los que, con mayor o menor fortuna, han seguido el sendero del despojamiento fenomenológico, esa aventura en tenaz busca de la cosa misma.
En busca de la matinal belleza: el hogar del poeta
Allí donde estén, entonces, esos Matinales de los que habla Char, esto es, aquellos vagabundos cuya concepción del mundo no está mediada por la abstracción del lenguaje y que viven en una unidad ininterrumpida con la naturaleza, habrá una salvaguarda de la tierra, de los terrenales yermos del poema, que se alojan en el pan de cada día, en el lenguaje inútil. Sólo así se entienden mejor, pienso, estos diálogos desprolijos en el texto.
El amor: una investigación
El pensamiento de Hannah Arendt es la huella que su pensamiento deja cuando le excluimos el concepto mejor. Se nos escapa si poseemos su más perfecta imagen, lo hace precisamente porque la tenemos. Así que es verdad que se separó, y mucho, de San Agustín, incluso de un modo llamativo para una simple tesis doctoral. Lo que Antonio Campillo va a demostrar de modo ejemplar es que ella se separaba así de sí misma, y lo hacía tanto como para no hallar jamás por completo el camino de vuelta. Porque la pasión es sin mundo, y los amantes no hablan de verdad sino que hacen verdad poéticamente.
Poesía: lo sempiterno del pensar
Poéticamente habita el hombre. Una de las ideas centrales del pensamiento de Heidegger está en esta máxima suya: «Der Mensch gebärdet sich, als sei er Bildner und Meister der Sprache, während doch sie die Herrin des Menschen bleibt»[1]HEIDEGGER, Martin. 2000. «Dichterisch wohnet der Mensch», en Vorträge und Aufsätze (GA 7). Frankfurt a. M.: Vittorio Klostermann, p. 190 (de ahora en adelante, […]
Fin de fiesta, galop
La crítica del ensueño, de la mistificación es una constante en Kracauer, que en esta obra monumental adquiere lógico protagonismo. Como que lo fantástico, la representación alterada, forman parte consustancial del dispositivo ideológico, sobre todo en una época que vibrará con el nacimiento de la fotografía y también de las imágenes en movimiento. No sólo el relato de Proust se abre con los ocios de un niño de salud frágil y las sombras de la linterna mágica.