«Los Extraños», de Jon Bilbao, y el Beneficio de la Novela Corta
A veces, cuando aflora mi lado imprudente, busco en las páginas de las editoriales las recomendaciones de lectores y socios para elegir un libro. Por fortuna, no suele ser una práctica habitual, en parte por las decepciones que ya me he llevado con anterioridad. No obstante, hace poco, volví a las andadas y encargué una […]
Hotaru: el estallido ámbar
Hotaru seduce con el misterio y la transgresión, con la sensualidad de los silencios ebrios de historias; con personajes que sobreviven sin quejarse en un círculo que se estrecha, pero degustando, al tiempo que lastimando, cada segundo que marca el péndulo de las épocas y la constancia de la existencia. En la novela está muy presente el realismo mágico en situaciones extrañas que no se cuestionan, aunque resulten inconcebibles en nuestro mundo tangible y práctico, como la ceguera voluntaria por un amor allende el mar o las lágrimas heladas rescatadas de alguna mejilla después de un sueño.
Diez noches de muerto: relato de un náufrago
“Relato de un Náufrago” (1970) fue publicada por Gabriel García Márquez como reportaje periodístico novelado, tras recogerse en el diario El Espectador de Bogotá, durante catorce días consecutivos en el año 1955. Al principio, el propio gobierno aplaudió el testimonio del joven Luis Alejandro en los medios de comunicación, hasta que quince años después éste decidió contar toda la verdad y no le quedó más remedio que abandonar la Marina; al mismo tiempo que García Márquez iniciaba su exilio en París, “un poco nostálgico que tanto parece también una balsa a la deriva».
Un amor sin amor, de Sara Mesa
Todo gira en torno a ella, que se traslada a un pequeño núcleo rural para empezar de nuevo o para enterrar un pasado que aún habita en su presente. Al principio, se produce la intriga en el lector, la curiosidad humana que reconcome cuando se presenta a un ser misterioso y parco en palabras. ¿De dónde viene y por qué?, ¿no se muda con su familia?, ¿posee ahorros o, simplemente, puede permitirse el lujo de no trabajar?, ¿tendrá mal carácter o estará loca? Después, dejará de importar quién es Nat, pues la cuestión principal será en quién se ha convertido. De hecho, podría establecerse un símil entre la casa que alquila y ella misma; ambas en ruinas, vacías, oscuras, sin un lugar acogedor donde encender un fuego o resguardarse de la maldita lluvia, ésa que inunda el salón con goteras y pudre el suelo de madera día tras día. Ni siquiera el perro que le proporciona su casero la busca, como si prefiriera mantenerse lejos y no complacerla.