La peste como ejercicio de literatura comparada
A la hora de proponer un canon literario sobre la enfermedad, creo que hay tres grandes obras para estructurar nuestro estudio. La primera, desde luego, es esas falsas memorias con las que Daniel Defoe no narra la cruenta epidemia de peste que asoló Londres en 1665. Y digo que son falsas memorias, porque en realidad Defoe era entonces un niño de cuatro o cinco años, un superviviente, sí, pero cuyos recuerdos han sido guarnecidos a través de una ficción. Nada menos que sobre la ficción de ofrecernos un documento, un texto no ficcional en el que se subrayan las reiteraciones, la escritura a ratos sumaria y el balance llamativo entre las tablas numéricas de mortandad y la imprecisión. Pero si por algo nos atrapa Foe es porque también ofrece un canto funerario sobre la ciudad misma.
Del polvo a las alas: La Gaviota de Chéjov
La ausencia de complejas tramas y de narradores omniscientes es, quizás, una de las características de la literatura de Antón Chéjov. El estrepitoso fracaso del estreno de La Gaviota en 1896 hizo que éste dudara de su capacidad como escritor dramático; tanto que aseguró que jamás volvería a escribir una obra de teatro –afortunadamente, sólo […]