Un caso de atracción fatal en Carmel-by-the-Sea
Aunque, a finales de los años sesenta, Clint Eastwood ya había expresado su deseo de ponerse detrás de la cámara y rodar su primer largometraje, no sería hasta la década siguiente cuando se decidiría al fin, acercándose a la cuarentena y con su condición de fenómeno de la gran pantalla muy reciente. En apenas un […]
París empieza en Nueva York: notas acerca de la última película de Woody Allen
Se sentaron juntos en el parque, mientras el cielo, al atardecer, se oscurecía; ella le miró y él sintió una chispa que le caló hasta los huesos. Fue entonces cuando se sintió solo y deseó haber seguido recto. Caminaron por el viejo canal, un poco confundidos, lo recuerdo bien. Y se detuvieron en un extraño […]
Ocurre todos los días y para mí está bien
Existe un largo adiós / y ocurre todos los días… a cada tanto, en numerosas versiones distintas, escuchamos esa melancólica pieza de jazz. Es evidente que se trata de una despedida, ¿pero a qué? ¿O a quién? Compuesta por John Williams y Johnny Mercer para Un largo adiós (Robert Altman, 1973), la idea de presentar […]
La última aventura de Bronco Billy
Que no busque el espectador, sin embargo, heroísmo alguno en Cry Macho. No hay nada de esto en la película, ni siquiera una pizca de maniqueísmo: los aspectos del cine de acción son tan superficiales que resultan irrelevantes, pues se trata, como advertíamos, de una película en la que el gran enfrentamiento está protagonizado por un gallo. En cambio, el guion, adaptado por el libretista de Gran Torino, Nick Schenk, a partir de una novela escrita por N. Richard Nash en los setenta, y claramente moldeado por Eastwood, toma la otra gran idea que inspiró Sin perdón, Space Cowboys (2000), Million Dollar Baby (2004) o Gran Torino, y se centra en ella excluyendo prácticamente todo lo demás: la agridulce humildad de reconocer que uno ha llegado a la recta final, y la noción de que, independientemente de lo que quede en el depósito, está a punto de quedarse sin carretera.
En todas partes está la maldad bajo el sol
En la obra de Christie, por tanto, es la presencia del mal la que señala el asesinato. El asesinato, como cualquier otro crimen, representa la transgresión contra un ser humano, pero, sobre todo, personifica el avance del mal contra una sociedad que desea mantener el mal a raya. Por último, hay una asunción paradójica de lo que es real. Por un lado, incluso cuando se acepta tácitamente la noción del mal, se prohíbe en el género cualquier aportación de fuerzas espirituales que amplíe el ámbito de la acción más allá del plano terrenal; la batalla entre el bien y el mal tiene lugar en el plano social, es decir, en el plano material de la existencia humana y a través de las acciones de los protagonistas. Al mismo tiempo, la presunción de que el acto de asesinato debe ser castigado se ve contrarrestada de tal manera por la forma aséptica en que se presenta el acto que el efecto se acerca a una negación de la materialidad del delito. Así, en la clásica novela policíaca inglesa, tanto el autor como el lector juegan ya con nuestra identificación cotidiana del mundo real con el material. Naturalmente, es la víctima la que sufre la agresión física, pero el crimen por el que se pide que pague el asesino parece ser el no material, cometido contra la norma.