Recuerdo a un amigo
Esta es una forma de leer dentro de uno mismo. De escuchar atentamente a una parte insospechada de nuestra memoria. Un acto que, como tal, pertenece a los dominios de la inteligencia [intus legere]. Digamos, para empezar, que no solo recuerdo a un amigo, sino que también lo que me contó. Y que ese recuerdo, […]
Un gorjeo de alondras invisibles: Vernon Lee
Comentario a LEE, Vernon: La voz maligna. Atalanta, Girona, 2006. De antemano una disculpa, porque el título se debe a una cita errónea, tomada de otra parte. En concreto de los diarios romanos de Vernon Lee (Violet Paget), donde hallamos la descripción de esta experiencia singular hasta en dos entradas o notas diferentes. Y sin […]
Robert Musil: hacia una fenomenología de la vida inauténtica
Comentario a CACCIARI, Massimo: Paraíso y naufragio. Musil y el hombre sin atributos. Abada, Madrid, 2005. No es accidente sino destino el que la gran novela del siglo pasado, dispuesta al goce de esta suerte de género en el que todas las hibridaciones resultan convenientes, sea también materia afín a la investigación filosófica, puesto que […]
Sobre el teatro de sombras balinesas y la filosofía
Comentario a ALBIAC, Gabriel: Diccionario de adioses. Confluencias, Almería, 2020. Dicen que todo empezó así: con el dibujo de unas siluetas espectrales en la roca de un espelunco. De esa gruta que no es lugar alguno, utopía de la insipiente comodidad, sino cifra de todos los lugares. Y la llamaremos ecúmene; mundo soñado del que […]
La peste como ejercicio de literatura comparada
A la hora de proponer un canon literario sobre la enfermedad, creo que hay tres grandes obras para estructurar nuestro estudio. La primera, desde luego, es esas falsas memorias con las que Daniel Defoe no narra la cruenta epidemia de peste que asoló Londres en 1665. Y digo que son falsas memorias, porque en realidad Defoe era entonces un niño de cuatro o cinco años, un superviviente, sí, pero cuyos recuerdos han sido guarnecidos a través de una ficción. Nada menos que sobre la ficción de ofrecernos un documento, un texto no ficcional en el que se subrayan las reiteraciones, la escritura a ratos sumaria y el balance llamativo entre las tablas numéricas de mortandad y la imprecisión. Pero si por algo nos atrapa Foe es porque también ofrece un canto funerario sobre la ciudad misma.