¿Es infinita la poesía? Jamás toca el horizonte, no hay galaxias que la limite, ni armas o guerras que la destroce. No hay concertinas, ni barreras, fronteras, banderas.
¿Dónde empieza la poesía? En tus labios. En los versos que me recitas. En las letras que juegan desordenadas en tu memoria. En las palabras enterradas y escarbadas por Miguel Hernández.
Se esconde quizás en tus cabellos, que ondean como pentagramas llenos de dos, de res, de mis, de fas, de sis.
Se oculta en el ombligo de la luna, sólo cuando nos muestra su perfil.
Se tapa en las alcantarillas, en la noche oscura, en el poeta triste, borracho, vagabundo.
¿Y dónde termina la poesía? Tal vez, nunca termine. Tal vez, lo que seguirá desaparece, quizás como puntos suspensivos estrujados en tus manos. Y como el diablo oculto en la mirada del poeta, escribiese versos irreversibles, irreverentes, opacos, sucios. Tal vez, la poesía termine aquí, en mí, en este punto y final.
No.
No lo creo. No creo en el fin. Creo en los estados. Se volatiliza la poesía. No desaparece, se transforma. Entonces, es infinita, como la belleza.
Mar Zeraus.
EL POETA Y SU POESÍA: Oliverio Girondo.
Nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de agosto del año 1891. Su familia tenía una situación económica acomodada, lo que le permitió formarse y viajar a Europa. Sus primeros pasos por la poesía lo relacionaron con el nacimiento del vanguardismo en su país; colaboró con publicaciones literarias de gran importancia y por las que pasaron autores de renombre. Su esposa fue la también poetisa Norah Lange. Girondo no publicó muchos poemarios, pero su obra ciertamente ha llamado la atención de la crítica; algunos de sus libros son Veinte poemas para leer en el tranvía, Persuasión de los días y En la masmédula. El tono irreverente, el formato poético elegido, el poema en prosa, vinculan a Girondo con las fórmulas habituales de la vanguardia. Girondo ahonda también en Espantapájaros en las posibilidades expresivas del lenguaje, sembrando su discurso en prosa de tropos, retazos poéticos y requiebros a la lógica. La introspección poética que hace Girondo de la realidad tiene, por tanto, un paralelo en la indagación que realiza el poeta hacia el mismo centro del idioma preludiando su posterior producción poética:
Abandoné las carambolas por el calambur, los madrigales por los mamboretás, los entreveros por los entretelones, los invertidos por los invertebrados. Dejé la sociabilidad a causa de los sociólogos, de los solistas, de los sodomitas, de los solitarios.
O. Girondo
El poeta fallece en Buenos Aires, el 24 de enero de 1967, a los 76 años de edad.
En la película, (coproducción de Argentina y de Canadá), de “El lado oscuro del corazón” de Eliseo Subiela, el actor Darío Grandinetti recita poemas de Oliverio Girondo, Mario Benedetti y Juan Gelmán. Película muy recomendable, de la que extraemos el siguiente vídeo, con el inicio de uno de los poemas de Oliverio Girondo que también añadimos.
Espantapájaros 1
No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! y en esto soy irreductible no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. ¡Si no saben volar pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Esta fue y no otra la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. «¡María Luisa! ¡María Luisa!»… y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera…, aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes… la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
Oliverio Girondo.
Otro poema suyo:
ELLA
Es una intensísima corriente
un relámpago ser de lecho
una dona mórbida ola
un reflujo zumbo de anestesia
una rompiente ente florescente
una voraz contráctil prensil corola entreabierta
y su rocío afrodisíaco
y su carnalesencia
natal
letal
alveolo beodo de violo
es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que
estrellan y disgregan
aunque Dios sea su vientre
pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada
una libélula de médula
una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frotes
un chupochupo súcubo molusco
que gota a gota agota boca a boca
la mucho mucho gozo
la muy total sofoco
la toda ¡shock! tras ¡shock!
la íntegra colapso
es un hermoso síncope con foso
un ¡cross! de amor pantera al plexo trópico
un ¡knock out! técnico dichoso
si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno
el sedimento aglutinante de un precipitado de labios
el obsesivo residuo de una solución insoluble
un mecanismo radioanímico
un terno bípedo bullente
un ¡robot! hembra electroerótico con su emisora de delirio
y espasmos lírico-dramáticos
aunque tal vez sea un espejismo
un paradigma
un eromito
una apariencia de la ausencia
una entelequia inexistente
las trenzas náyades de Ofelia
o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable
una despótica materia
el paraíso hecho carne
una perdiz a la crema.
Oliverio Girondo.
Enlaces de interés:
Cultura Colectiva: El lado oscuro del corazón, las líneas de tres poetas
VERSOS ENTRELAZADOS: ¿Te atreves a jugar?
En este apartado, queremos acercar la poesía a todos y a todas, y para ello vamos a continuar con la cadena de versos.
Se trata de un juego y si quieres jugar serás bienvenido-a. Cada mes elegiremos entre todos los poemas que nos hagan llegar, un poema que nos haga vibrar. Con el último verso del poema seleccionado, se iniciará el poema del siguiente mes. Los poemas no deben superar los 10 versos o líneas. Pueden ser versos libres, haikus,…
El poema elegido se publicará en la REVISTA CULTURAL SALITRE con el nombre de su autor/a.
Con estos juegos intentamos propiciar la creatividad, la emoción, el buen humor, escribir y sentirnos por un momento, felices.
Recuerda iniciar el próximo poema con el siguiente verso: “como la belleza”.
¿Te animas? Puedes enviarlo al siguiente correo antes del 5 de diciembre de 2014: pastillasdepoesia@gmail.com