El próximo día 16 de noviembre se inaugura la 11ª Muestra de Cine Europeo Ciudad de Segovia (MUCES), uno de los festivales de cine europeo más relevantes que se programan en España. Este año el país invitado será Eslovaquia, por ello la rueda de prensa de la Muestra se celebró en la Embajada de Eslovaquia en Madrid. La película inaugural de la Muestra será Toni Erdman.
El embajador de Eslovaquia en España, Sr. Vladimir Grácz, nos hizo un planteamiento muy directo de las razones por las que éste año ellos eran el país invitado, no era casualidad de ese acuerdo, porque su país ahora mismo está presidiendo del Consejo de la Unión Europea. Siendo el momento ideal para poder promocionarse a nivel cultural, ya que tu cultura puede que sea menos conocida en Europa.
Eslovaquia va a estar presente con 15 títulos de su filmografía y seis cortos dentro de la programación de MUCES. Esos trabajos datan desde los años 60 (en su mayoría, alguna hay anterior) hasta la actualidad, pero sobre todo haciendo hincapié hasta los 90, que fueron tiempos fundamentales para su país y su cinematografía. Estarán dentro de varias secciones: la oficial, lo nunca visto, cine documental, cortometrajes y en infantil.
Otra de las partes donde se verá difundida el cine de Eslovaquia será en la conferencia que la doctora en cinematografía, escritora e investigadora Katrarina c Mišíková dará con el título «Mi visión sobre dos vías del realismo social» (lunes 21 a las 13h. en la UVa), utilizando las cintas Koza y Eva Nová que se encuentran dentro de la sección oficial. Aquí en este encuentro se abordarán como afronta el cine eslovaco la actualidad, dando paso a los problemas más fuerte de su país y entorno: el racismo, las relaciones familiares, la crisis de su país y mundial con los valores éticos implícitos en todo ellos, y la distinción de las clases sociales, sobre todo plasmando la lucha emocional, buscando temas estéticos, la lucha de realidad con el entorno, dejando de lado un poco la tendencia política que tanto acaparo sus películas.
Muces no solo es cine, quiere fusionar toda la cultura en sí, y para ello también quiere dar a conocer la gastronomía eslovaca, con un duelo de vinos de su nacionalidad frente a los segovianos y al mismo tiempo de ofrecer una degustación de productos de ambas procedencias. Y ahí sin perder la cultura visual en sí, se podrá disfrutar de una exposición titulada «La cinematografía eslovaca en imágenes».
La música no está fuera de la Muestra, y Eslovaquia estará representada en un concierto inaugural en La Alhóndiga «Instrumentos de cine», donde la presencia de su folclore es la clave de su presentación, a cargo del músico Robert Faltus, donde utilizara la fujara, que está considerado como patrimonio inmaterial de la Humanidad.
El músico Robert Faltus dirigirá al Trio Mandrágora (violín, viola, chelo e instrumentos tradicionales), que será el sonido que dará vida a la película muda Jánošík (1921) de Jaroslav Siakeľ, una experiencia audiovisual para disfrutar al mismo tiempo de diferentes artes, sobre todo de ver como encajan las melodías populares eslovacas en esas imágenes creadas en los años 20 y que han resistido al paso del «tiempo, ya que el cine de cada época tiene su propio peso e influencia años después».
El cine eslovaco tiene etapas muy marcadas, con un pequeño empuje después de la Segunda Guerra Mundial que dio lugar a la llamada industria de cine eslovaca. Dado que Eslovaquia perteneció hasta 1993 a Checoslovaquia parte de su filmografía se registraron como producciones checas, independientes de que el director perteneciera a Eslovaquia, de hecho todavía se pueden ver sus colaboraciones.
Incluso con esta cercanía y todo el tiempo que estuvieron juntos el cine eslovaco recurre en sus grandes obras a plasmar los ambientes rurales, las tradiciones folclóricas y el carnaval en sí, diferenciándose así del checo, como ejemplo tenemos Obrazy starého sveta (1972) de Dušan Hanák o Tisícročná včela (1983) de Juraj Jakubisko
Dentro de su producción cinematográfica el número de géneros está bien diferenciados, las comedias, aventuras, ciencia ficción y musicales son escasos en comparación con el número de películas creadas entorno a los dramas y películas históricas, donde aprovechaban para insertar la pertinente crítica social que tocara en ese momento de la época.
Durante los años 60 apareció la nueva ola en Checoslovaquia que comprendía en ese momento a los directores eslovacos, ahí en ese cambio tanto visual como narrativo, sin que ni siquiera ellos se dieran cuenta, se volcaban en romper con lo que estaba totalmente encorsetado y abrieron vías ante el realismo social, de ahí de esa época nació La tienda de la Calle Mayor (Obchod na korze, 1965) del eslovaco Ján Kadár y el checo Elmar Klos, dio a Checoslovaquia su primer Oscar. No se podría entender la actualidad de su cine, sin las influencias compartidas anteriormente.
Muchos nos sorprenderíamos al enterarnos de títulos de películas con bastante renombre que han sido grabadas en Eslovaquia, pero que no tienen nada más que ver que el lugar de rodaje pero nada en su contexto con el país: Nosferatu el vampiro, El pacificador, La princesa y el mendigo, Doctor Zhivago (2002), Eragon y Voraz entre otros, sorprendiendo que además lo hagan con géneros que no son los más habituales para ellos.
Ahora en Muces se podrá disfrutar de dos óperas primas de ficción que además están seleccionadas para representar a su país en la carrera por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, en esta edición pasada y en la siguiente. Koza de Ivan Ostrochovský que ya pasó por Berlinale. Es un documental de hechos reales pasados a la ficción, para plasmar la historia del boxeador romaní Peter Balá, que después de los Juegos Olímpicos de Atenas del 96 ya no tuvo más relevancia, está interpretada por Ján Franek, boxeador profesional que corrió la mismo suerte que su personaje, así ficción y documental se fusionan de una forma muy peculiar.
Además tendremos Eva Nová, de Marko Škop (Premio FIPRESCI en el Festival de Toronto, entre otros diez) que nos presenta el deterioro de una actriz famosa por el paso de los años, este dentro de un retrato minimalista interpretado por la dama del cine y el teatro eslovacos Emília Vášáryová. Se enfocan los problemas de la persona en sí para recuperar su vida tras las influencias del alcohol.