La creatividad nos comprende,
cuando el alma se quiebra en mil,
es ella quien, en el silencio,
sana lo que no se ve, ni se dice.
En el dolor, ella susurra,
con manos de viento y de luna,
pinta el vacío con colores
que el corazón no conocía.
Nos abraza sin juzgar,
y en su abrazo, el sufrimiento se torna
en una canción sin palabras,
en una luz que crece desde la sombra.