Excepcional corto documental cuya protagonista permanece muda alrededor de 18 minutos, salvo para quejarse de dolor o decir que la dejen en paz, mientras a su alrededor oímos de manera permanente y constante a una madre que está destrozando la infancia y primera adolescencia de la menor. La reina no deja de ser una de estas reinas de carnaval, una reina de las fiestas que juega al tenis, juega al hockey sobre patines, probablemente haga natación sincronizada, que vive en un mundo de tonos rosas pero que no quiere salir de la cama ante el aburrimiento de que toda su vida está organizada para ganar, competir, ser exhibida como un animal con pedigrí. El documental mezcla la vida diaria con el día grande del carnaval en alguna ciudad argentina, la nena (“Memi”, de Maria Emilia) pasa gran parte del día haciendo deporte para ganar trofeos con los que su madre engorde el ego, probablemente estemos ante una de esas familias bien adineradas que pueden permitirse perder el tiempo en tonterías, con el martilleo permanente de esa madre omnipresente y castradora relatando lo perfecta y exquisita que es la niña, una madre a la que no vemos pero oímos, de la misma manera que a la niña la vemos de manera permanente pero apenas la escuchamos porque su opinión no importa. Rematando la película está el momento de disfrazar a Memi de reina del carnaval con una corona que pesa 4,5 kilos. Esa tortura, no exenta de sadismo y hasta doping (usando sustancias químicas para adormecer la cabeza de la niña para que no sienta dolor y relajantes para que no salga corriendo del espanto al que está siendo sometida) concluye en el momento en que la nena tenga que salir a desfilar. Un retrato de una sociedad mercantilizada y pendiente del “qué dirán”, obsesionada con el triunfo “mediático”, una reina de un día para satisfacción de unos padres que no se merecen tal condición. Una selección fantástica de este festival.
(Miguel Martín)
Sostenida durante la mitad de sus veinte minutos sobre los primeros planos tristes y perdidos de una niña juguete de su madre, continuada sobre un dolor insoportable de esos que te plantean cuándo soltar la cámara y poner una denuncia, y culminada finalmente sobre la eterna y dramática autoflagelación resignada del “para estar guapa hay que sufrir·. ¿Quienes son los culpables?, ¿hay malos en esta película?, ¿durante cuánto tiempo “la reina” o “las reinas” seguirán accediendo a llevar tan pesadas coronas?. Maria Emilia Fracalossi existe realmente y se pueden encontrar en internet noticias sobre sus proezas, ¿pero cuántas mariaemilias existen también más allá del ámbito carnavalero?. Las resonancias trascienden la casuística particular del corto, que debería haberse titulado “La corona”.
(Sergio Sánchez)
Amanece Metrópolis con sus reseñas de los cortometrajes de La Guarimba Film Festival aporta su granito de arena en la difusión de dicho festival. Gracias a todo el equipo de La Guarimba.
[…] ▪La reina (Manuel Abramovich, 2013) ▪Finland european (Sami Ala, 2014) ▪Keeping balance (Bernhard Wenger, 2015) […]