No siempre uno es sintonía con los premios y con las premisas que tenía cuando preveía el visionado de una película. En mi caso ha sido con La grieta de Irene Yagüe y Alberto García Ortiz, que participó en la pasada edición de DocumentaMadrid.
La cinta de los directores españoles se alzó con el premio del público y Premio de Jurado Largometraje Nacional. Por mi parte, que no soy partidarias ni de dar notas ni premios a las cintas, ya que la visión puede variar dependiendo del momento, me pareció un premio un tanto social mucho más allá de la cinta, pero es algo que se quedó en mi y que entendí que pudiera poseer su base.
La grieta como denuncia, como crítica a los desahucios a las empresas de fondos de inversión inmobiliarios se me quedó corta, solo entendí parte del metraje al terminar su proyección y con explicaciones de sus directores, por ello me pareció un trabajo irregular y no completo para el espectador.
La grieta se basa en la historia de dos mujeres, dos familias que se ven que el futuro en lo que era su vivienda tiene sus días contados, el desahucio planea sobre ellas, y por medio del paralelismo de ambas dos y de sus distintos motivos, los directores se adentran en el mundo del fondo buitre del ladrillo español.
Me faltó el hecho de empatizar con las historias mucho más allá de la forma en que se contaba, tal y como está expresado y entrando en lo cotidiano, ahí me ganan, me veo inmersa en sus vidas, pero cada caso siendo distinto, no parece estar en concordancia con la base que se quiere plasmar y denunciar.
Bien es verdad que la cámara quiere a las protagonistas, que las sigue y las dibuja tal y como son en su día a día, en sus desvelos por mantener su vivienda siendo el reflejo de muchas otras historias que acontecen, lamentablemente en nuestro país.
La cinta tiene carisma, pero le falta el toque de unir todo lo que narra con un sentido, no meramente siguiendo las dos casas y un patio donde todos tienen una problemática. En el coloquio que los directores dieron en DocumentaMadrid, quedó latente que la investigación de fondo para realizar La grieta, es extensa, que preveían otra historia de lo que posiblemente hayamos oído más, pero finalmente se decantaron por la parte más personal e intimista de dos relatos, que aunque sinceros, faltaban puntos bastante explícitos en la cinta para llegar a comprender los motivos concretos de las razones de su reivindicación.
Aún así alabo la intención y tratar temas que puedan estar tan poco manidos, y que solo en pequeños espacios y cines tendrán su cabida, pero que son necesario, granito a granito. Es evidente que al resto de asistentes a la proyección llegó en su totalidad, mucho más allá de los toques de humor -reír por no llorar en las vidas de las protagonistas- que se ensalzan, y la necesidad de búsqueda de una normalidad dentro de la burbuja materialista impuesta en nuestra sociedad.
Ficha técnica |
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