Moisés arranca con el solo de piano de «Cry me a river». Estamos tan inmersos en la magia y agilidad de sus dedos percutiendo las teclas, que no vemos aparecer a la melena rubia y los labios rojos que emergen por el lado derecho del escenario. Es ella, Noa Lur, interpretando el primer tema de su álbum debut «Badakit». Es viernes 23 de octubre, estamos en Getafe y esta noche Noa en cuarteto, junto a Moisés Sánchez al piano, Toño Miguel al contrabajo y Michael Olivera a la batería, hace una reinterpretación del disco, grabado originalmente a voz y piano.
«Son canciones que, de un modo u otro, han pasado por mí y han dejado huella», me había dicho el día anterior desde el otro lado de la línea telefónica. Moisés Sánchez, Pepe Rivero, Reinier Elizarde “El Negrón”, Luis Guerra, Levin Ocaña y OrekaTX, la acompañaron en la grabación de su primer disco en los Estudios Infinity de Madrid en 2013. Se trata de la materialización de años de formación, de esfuerzo y sobre todo, de pasión por la música. Hablando de los pianistas asegura: «Yo ya los conocía como músicos. Estaba trabajando en el sector discográfico como jefa de producto y casualmente, tanto Luis Guerra como Moisés Sánchez eran dos artistas de la compañía. Los conocía como artistas, como seguidora, y porque eran productos que llevaba yo. La idea de trabajar con ellos surgió porque son los tres pianistas de referencia en la escena nacional ahora mismo. Directamente fueron la primera opción en cuanto pensé hacer el disco».
Esa pasión la llevó a abandonar su dedicación profesional en el ámbito del marketing y la comunicación, para entregarse por completo a las partituras. Durante varios años, trabajó como jefa de producto en Universal Music Spain. «La decisión la tomé hace unos años cuando me di cuenta de que era incompatible trabajar en marketing y comunicación, y a la vez cantar. Las dos cosas exigen plena disposición. Hagas lo que hagas, hazlo al cien por cien, por eso tomé la decisión de hacer lo que realmente tenía en mi corazón, que era cantar. Desde entonces, me dedico solamente a la música. Llevo cantando desde que era cría y además profesionalmente, pero siempre he estado haciendo otras cosas, dentro del sector de la música, más en la parte de la comunicación e intercalándolo con el escenario».
Esta bilbaína comenzó con 13 años su aventura musical participando en galas infantiles de la televisión vasca, aunque su primer contacto con los escenarios fue a través de la danza, pues durante ocho años estudió danza clásica, danza moderna e interpretación: «Cuando empecé a cantar, los primeros escenarios fueron los de la televisión vasca. Me ayudaron a iniciarme, a curtirme y a afrontar las sensaciones de estar en el escenario cantando».
Y efectivamente, con su experiencia, Noa se gana al público esta noche. Nos cuenta las historias que se esconden detrás de cada canción: una declaración de amor, una artista italiana que se va a hacer las Américas, un pedacito de sí misma.
Con 19 años se trasladó a Madrid para continuar la formación que había iniciado en su ciudad natal, estudiando la base técnica del canto, construyendo así un bagaje que dota a su voz de una versatilidad abrumadora. Noa es voluble, camaleónica. De repente, está en lo más alto; de repente, desciende a los graves más profundos con una volatilidad que solo la técnica, el estudio y la formación pueden labrar. El movimiento de sus manos y el baile de sus dedos, largos, muy largos como ella entera, acompañan las melodías que envuelven el teatro de Getafe esta noche de octubre.
Noa ha traspasado fronteras más allá del jazz. Podemos escucharla en anuncios musicales para radio, en la banda sonora de un cortometraje y en el vídeo promocional de una marca de ropa. Colabora en distintos proyectos y comparte escenario con músicos nacionales e internacionales. Además, estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid.
El reconocimiento a su trabajo es internacional, fue finalista en el Festival Internacional de Jóvenes Artistas de Jazz “Nomme Jazz” de Estonia y también ha actuado en escenarios de Marruecos y Turquía.
Reconoce que «es más difícil vivir del jazz en este país porque en otros todo el tema laboral está mucho más regularizado. No es como aquí que tenemos que estar haciendo malabares para poder cotizar. En Europa no pasa eso, el músico está más protegido en general. Lo que pasa con los artistas de voz es que no hay grises, es o blanco o negro, o das el “petardazo” y te va estupendo o no, no hay medias tintas. Mi experiencia personal es buena, yo trabajo de esto y me va muy bien. También es verdad que me lo he trabajado mucho. Tengo un disco en el mercado y reconocimientos en Europa. Es una carrera de fondo ».
Después de dos años, el balance de su trabajo «Badakit» es más que positivo: «Estoy grabando el segundo disco y paralelamente estoy haciendo una reedición del primero porque he vendido todos los discos. Estoy muy contenta con la reacción que ha habido por parte del público y con las ventas. Con todo, me ha abierto muchísimas puertas». Nos adelanta que su segundo trabajo probablemente salga a la venta en enero del próximo año.
El concierto no podía tener otro cierre: «Badakit», el tema que da nombre al álbum. En euskera quiere decir “Lo sé”. La propia Noa nos confiesa que lo escribió «en un momento de mi vida en el que no entendía lo que estaba ocurriendo a mi alrededor». Una reflexión que hace aún más cálida la noche. En el disco, esta canción tiene un sonido especial, eso cuenta Noa en su página web: «En esta ocasión, Harkaitz Martínez de San Vicente y Mikel Ugarte emplean por primera vez, una txalaparta hecha con piedras recogidas del mar y makilas de bambú. Un experimento que da sentido a la obra pues se trata de una composición que evoca la inquietud del ser, esa búsqueda constante en el exterior de cosas que realmente están dentro de uno mismo».
Después, Noa tiene una cita con su público. Los discos vuelan. Los besos y los agradecimientos también. Selfie por aquí, dedicatoria por allá. El espectáculo ha llegado a su fin pero esta voz rubia de labios rojos, todavía tiene mucho que darnos. Badakit.
Más información | Página oficial Noa Lur
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