Realidades silenciadas transforman mi mirada,
mis actos ya no están secos,
cobran vida ante las historias ahora contadas.
Las palabras que he callado
emergen desesperadas
buscando el murmullo de tu rebeldía.
Me abandono, me pierdo, me transformo.
Me asomo al vacío para dejar desvanecer las evidencias de un mundo de horizonte blanco, blando, sin matices.
Búsqueda prolífica de la justicia sin treguas,
mi ser teje sin intermitencias un tiempo donde las luchas son solidarias.
Entonces aparece ese momento inesperado donde una mirada me susurra que la hora ha llegado.
Las voces sometidas ya no tienen miedo,
ahora perforan el silencio obligado,
mutilan tu mirada racista y la dejan sin saliva,
destejen el paradigma donde la morena claudica,
desmembran privilegios para alzar vuelo.
La sed de justicia emerge con fuerza,
mis pasos acompañados delatan una colectiva impertinencia,
gritamos con elocuencia que en el verso de tu odio se ha firmado sentencia.
Esta noche las voces del pasado construyen otros rumbos
dibujando bordes de un futuro sin jerarquía de colores.
Esta
noche
un
susurro
insumiso
le
roba
un
baile
a
la
brisa.