Hoy presentamos un libro de microrrelatos un tanto especial, escrito a dos manos y con un propósito encomiable: utilizar este género, tan adaptado a estos tiempos de inmediatez, para enganchar a las nuevas generaciones, adictas a los dispositivos electrónicos, a una lectura y escritura asequibles tanto en tamaño como en tiempo. Los autores de Motivar en Lengua y Literatura: aprendizaje con microrrelatos son, ambos, escritores y pedagogos.
Lorenzo Rubio, nacido en Elche (Alicante) reside actualmente en Palma de Mallorca y es profesor en el IES AURORA PICORNELL DE PALMA DE MALLORCA. Entre otros logros ha sido ganador dos veces del concurso de RNE 4 Wonderland y del concurso estival de la cadena SER Relatos con banda sonora en 2015.
Juan Antonio Vázquez nació en Barcelona y es profesor de primaria en Escola Abat Oliba de Cornellà (Barcelona). Ha sido ganador de Relatos con banda sonora en 2016 y ha publicado diversos relatos en diferentes antologías entre las que destaca con especial cariño las del blog concurso Esta Noche Te Cuento.
Motivar en Lengua y Literatura: aprendizaje con microrrelatos , de la editorial CCS , es, además, una recopilación de cien pequeñas obras que puede disfrutarse como cualquier otra antología del género.
Ellos nos explican mejor, en la siguiente entrevista, en qué consiste y cómo nació esta idea.
-¿Cómo surgió la idea de hacer un libro que combina literatura y pedagogía entre dos autores?
LR: Juan Antonio y yo nos conocimos por nuestra afición a los microrrelatos y ambos somos docentes. Yo llevaba un tiempo introduciendo el microrrelato en el aula de Secundaria y había comprobado los buenos resultados que da trabajarlos en clase, en cuanto a desarrollo de la expresión escrita del alumno y sobre todo potenciando el interés del alumno por la literatura. Asimismo, crea un ambiente agradable que se extrapola al resto de actividades de clase. De esta experiencia quería escribir mi propio libro de microrrelatos, pero me veía en una isla solitaria y delante de mí un inmenso océano que navegar para sacarlo a flote en soledad. Por lo que en una visita que me hizo Juan Antonio le propuse el proyecto y enseguida nos pusimos manos a la obra.
-¿Cómo se puede trabajar en el aula con este libro?
JA: El libro atesora un total de cien microrrelatos con sus respectivas fichas de trabajo. Estas fichas utilizan el ‘microrrelato de cabecera’ para trabajar aspectos curriculares de la etapa de la E.S.O en el área de lengua y literatura. A partir de ahí el profesor en el aula solo tiene que escoger el microrrelato que mejor se corresponda con el concepto que desea trabajar y dejar que las actividades catalicen el verdadero proceso de aprendizaje; evidentemente bajo su absoluta libertad de cátedra.
-¿Qué aporta como novedad este libro a la educación tradicional?
LR: Uno de los éxitos de introducir el microrrelato en el aula es que transforma la tradicional y más aburrida redacción de clase en minificción. Al fin y al cabo, cuando un alumno se enfrenta a producir microrrelatos está transformando el tradicional ejercicio de ‘a qué se dedican nuestros padres, o qué hiciste el fin de semana…’ en un ejercicio de imaginación más profundo en el que entran en juego las características propias de este género breve. Sinceramente, y supongo que al mismo ritmo que evoluciona nuestra sociedad del consumo y de la comida rápida, los niños reclaman cada vez más eso ‘lecturas rápidas’; al fin y al cabo, lo que queremos es que nuestros alumnos lean y, por mi parte, prefiero que dediquen una clase de una hora a leer 10 microrrelatos y que no les suponga un suplicio realizarlo, que diez minutos de La Regenta y que no lleguen atentos ni al minuto cinco de lectura. Y, por supuesto, el microrrelato no supone la eliminación de los clásicos del currículum, sino que es un elemento complementario que nos puede ayudar incluso para trabajar mejor los clásicos. Ahí tenemos el ejemplo de los cientos de relatos breves que se escriben tomando como punto de partida a los autores clásicos y sus obras como Cervantes, Don Quijote, Cortázar… Tanto Juan Antonio como yo tenemos un par de microrrelatos basados en Don Quijote que fueron publicados en una antología colectiva. En nuestro libro Motivar en Lengua y Literatura se trabajan mucho los contenidos más tradicionales con una nueva perspectiva más atractiva.
-¿Cómo aceptan los alumnos el microrrelato en clase?
JA: De una manera natural y muy positiva. Es algo diferente y su formato breve enseguida les engancha. Son pequeñas historias que empiezan y acaban, y las fichas propuestas no están orientadas a mecanizar trabajo, sino a hacerles pensar y darles suficientes herramientas para que interioricen ideas, conceptos, autores, vocabulario y para que además infieran sus propias conclusiones.
-¿Qué aspectos educativos y de valores se trabajan con este libro en el aula?
LR: Mi respuesta sería todos. Creo que hemos conseguido un trabajo en el que hemos velado porque no se quedase ninguna competencia básica sin tratar, desde la competencia comunicativa hasta la matemática; por ejemplo, el mero hecho de escribir teniendo en cuenta el número de palabras ya hace de nuestro trabajo un libro interdisciplinar, pues simplemente ese ejercicio ya incluye la lengua y lo matemático en un mismo pack. Nuestras fichas de trabajo fomentan el trabajo cooperativo tan de moda últimamente en la educación. Y, por supuesto, los valores. Las cien fichas de trabajo del libro incluyen ejercicios de comprensión lectora y nunca faltan actividades basadas en valores de todo tipo necesarios para formar del alumno una persona competente, activa y solidaria en su futuro.
-¿El libro es solo de uso pedagógico?
JA: En absoluto. Si te gusta la microliteratura es una estupenda propuesta como libro para mesita de noche. Solo tienes que obviar las fichas; o incluso puedes echarle un vistazo rápido y comprobar sin presión alguna cuánto sabes o recuerdas de éste área. Al final del hay un solucionario.
-¿Hay algún relato o ficha de trabajo al que le tengáis un afecto especial?
LR: Esto es como lo de ¿a quién quieres más a papá o a mamá?, pero ya que lo preguntas podía destacar los relatos realizados en colaboración mutua y, en especial, ‘Una mente maravillosa’, pues fue el primer relato en el que trabajamos juntos. El trabajo cooperativo lo hicimos respetando la autoría original, pues siempre hay alguien que es quien crea la idea y la desarrolla, y ahí si el relato se envía a un concurso o se presenta en algún otro sitio siempre respetamos que sea esa persona quien firme el microrrelato, pero es verdad que esos veinte relatos han sido corregidos, reelaborados, etc entre los dos, hasta que los dos no dábamos el visto bueno el microrrelato no estaba terminado del todo. Nosotros a esos relatos los llamamos bicéfalos. Del resto de relatos me costaría mucho quedarme con uno, pero así, sin pensarlo mucho, si pienso en alguno más especial para mí siempre me vienen a la mente ‘Plan renove’, ‘El truco del conejo’ o ‘Nunca te digo que te quiero porque te amo’. De los escritos por Juan Antonio, siguiendo el mismo método de selección, me quedaría con ‘Freak Show’, ‘Destierro’ o ‘Por omisión’.
-¿Qué le dirías a la gente que piensa que el microrrelato es solo una válvula de escape para que los alumnos no lean clásicos o novelas?
JA: Personalmente no estoy de acuerdo con esa afirmación. No creo que sea incompatible, además estoy completamente seguro de que hay jóvenes a los que leer en formato breve les ayuda a potenciar o incluso iniciarse en el hábito de la lectura, que al final es lo importante. El microrrelato me parece una manera amable de descubrirle un mundo nuevo a muchos alumnos, porque al que ya le gusta leer no le hace falta ningún tipo de motivación. Creo que el problema de la afirmación inicial viene porque hay mucha gente que relaciona «es breve» con «es fácil», en lugar de con «es pedagógico».
-¿Tenéis algún otro proyecto de este tipo en mente?
JA: El cerebro de este equipo es Lorenzo Rubio. La idea de este libro fue suya. Canaliza su inquietud por transmitir y enseñar con montones de futuribles. Ahora estamos pensado en un libro de cuentos, que ya os anticipo serán mucho más que eso. Y por supuesto si a la gente le gusta esta manera de enseñar y estos cien microrrelatos… tenemos muchos, muchos más.
Os dejamos con un aperitivo de los relatos que contiene el libro:
Última llamada
Subió a la azotea. Sobre el estrecho bordillo desde el que la ciudad dibujaba un eterno peregrinar de luces buscando destino se hizo un ‘selfie’ manteniendo el equilibrio. No se le ocurría mejor ultimátum. Se lo envió: no hubo respuesta. Hastiado de suplicarle otra oportunidad tiró el móvil al vacío. Mientras caía, oyó sonar la melodía e instintivamente se lanzó a recuperarlo. En un titánico esfuerzo y ayudado por la eficiente gravedad llegó a alcanzarlo, pero no era ella, y aunque la oferta para cambiarse de compañía telefónica era irresistible, colgó. Aprender a volar era más importante en esos momentos.