Felices Fiestas, queridos amigos.
No es ésta una despedida que sirva de antesala a las vacaciones sino una bienvenida a esta sección de los amantes de la literatura negra. Me temo que las felicitaciones serán el único punto “blanco” de esta sección en la que os voy a contar un poquito de aquello que ha caído en mis manos y he podido leer.
Como sevillano que soy, era obvio que me regalarían por mi cumpleaños los dos libros de crímenes que están copando el mercado de invierno en Sevilla. Sí, cuando digo “copando” no estoy haciendo un mal uso del término pues ningún otro puede explicar el fenómeno editorial local de los títulos El asesino de la regañá y El crimen del Palodú, Almuzara 2013, dos novelas cortas de humor negro aderezadas con asesinatos al estilo sevillano. El culpable de este embrollo es Julio Muñoz Gijón, más conocido en las redes como Rancio Sevillano, que no duda en aderezar sus dos obras con grandes dosis de sevillanía rancia y ultraconservadora. Quien considere que los sevillanos son estereotipados y “señoritos” puede libremente tomar cualquiera de estos dos títulos y tragárselos en un par de sentadas con una sonrisa en los labios. Sin duda, un buen ejemplo de que la novela negra puede estar cargada de grandes dosis de humor.
Distinta es Los años perdidos, el último desmarque de la archiconocida dama de la novela de suspense Mary Higgins Clark. Debo de reconocer que lo mío con esta señora es inercia pues después de haber leído la práctica totalidad de sus obras me da coraje dejar alguna en el tintero. Hablemos claro: no es la mejor autora del género pero sí que es cumplidora y nos regala entretenidas veladas de lectura de la mano de sus dos sempiternos personajes, la pareja de jubilados Alvirah y Willy, ella aficionada a los misterios y él consorte resignado que termina siempre enredado en las tramas de su esposa. Esta vez se enfrentan a un enigma sagrado pero no por ello se desnudan de su rutina. El libro, que pretendía cambiar de temática, no deja de ser uno más de los que componen su colección, por otro lado recomendable para pasar un buen rato.
En La casa de la seda, SUMA 2013, Anthony Horowitz nos encandila tomando el pulso narrativo a un nuevo caso del eterno detective Sherlock Holmes, acompañado de nuevo de su fiel Watson.
Confeso apasionado de los casos de este singular detective, tomé esta nueva y contemporánea aventura con cierta distancia pero probablemente esa actitud poco receptiva sea la que me haya permitido disfrutar como nunca de una nueva aventura al más puro estilo Conan Doyle. No le puedo poner ningún pero. Mágníficamente llevada a cabo, sería difícil si no imposible distinguir el caso aquí narrado de cualquiera de los de la serie original. Sin duda, se trata de un libro muy recomendable que ninguno debemos de dejar pasar.
Más me ha llamado la atención, si cabe, El Club Zeus, interesante novela de intriga que acaba de publicar Fray Antonio de Sevilla con el sello Jirones de Azul. Quién crea que os estoy gastando una broma será desmentido al momento porque sí, efectivamente es un sacerdote el que rompe con las normas no escritas establecidas y pone su pluma al servicio de una trama espléndidamente narrada en la que la agilidad de los diálogos nos permite repasar casi 600 páginas como si de sólo 100 se tratara. Conocí a Fray Antonio con su primera novela, El caso Esteban, Los crímenes de Aracena, publicado por la misma editorial y aunque me quedé con su nombre entonces, percibo en esta su segunda novela una evolución evidente. La trama más elaborada, los personajes más conseguidos y el ritmo más acorde con lo que la sinopsis nos cuenta. En esta ocasión, distintos crímenes relacionados con la mitología griega nos trasladas por las distintas poblaciones en los alrededores de Sevilla en busca de la resolución de un misterio con imprevistas consecuencias.
Podría yo mismo seguir hablando de este peculiar libro pero me aprovecharé del morbo de la autoría sacerdotal para que sea el mismo autor el que nos de la mano y nos cuente sus propios motivos y vivencias.
Fray Antonio, bienvenido a Salitre, la revista de Ocio y Cultura que te abraza como autor y lector. Te advertimos que esta entrevista no es ortodoxa y no posee márgenes a los que ceñirte por lo que nos gustaría que te sintieras cómodo y respondieras a nuestras humildes preguntas como se te apetezca en ese momento.
– La primera de las preguntas es obvia y creo que te la habrán hecho infinidad de veces pero como aún no te conocen nuestros lectores, cuéntanos qué mueve a un sacerdote capuchino a escribir sobre un tema tan escabroso como son los crímenes.
-Es cierto que lo primero que se ve de mí es mi vocación religiosa, en este caso la de fraile, pero debo confesar que mi primera vocación es la literaria, que la tengo, diría yo, desde siempre. Como suelo decir, soy escritor antes que fraile. Con respecto a los crímenes, siempre me ha atraído el lado más oscuro de la naturaleza humana, no por morbosidad, sino como expresión de una faceta de la personalidad que se nos suele escapar a simple vista. En eso consiste, para mí, la literatura policiaca, en sacar a la luz la otra cara de nuestra alma.
-¿Te encuadras en la nueva corriente de literatura negra sevillana que tan productiva está resultando ser?
-Sevilla es una ciudad que da mucho juego para la recreación de historias, no sólo óperas, y la literatura negra se está sintiendo aquí como en casa. En realidad, mis preferencias como lector hasta la fecha se han centrado más en la novela negra nórdica y anglosajona, sin dejar de lado a Andrea Camilleri y a algunos otros autores sueltos de otras latitudes.
-Cuéntanos el motivo de mezclar mitología y crímenes en esta ocasión. ¿Sientes curiosidad por la mitología, un elemento puramente pagano?
-Siempre me ha atraído el mundo clásico en todas sus variantes, y la propia Sevilla hunde sus raíces en el mundo latino. Ahí tenemos a Itálica, donde nacieron dos emperadores romanos, así como muchos lugares de la ciudad que recuerdan esa época. La mitología siempre me resultó algo curioso de estudio, las formas de expresarse la gente por medio de lo que representaban los distintos dioses, y la forma de relacionarse los dioses entre sí. En ese sentido, la cultura pagana es fuertemente religiosa. Los crímenes surgieron de ahí, de esa forma de relación entre los dioses que no era más que un reflejo violento de la sociedad de la época.
-Al desarrollar la trama se advierte un gran conocimiento de la ciudad de Sevilla. ¿Podrías haber escrito esta novela con otro telón de fondo?¿Qué te inspira Sevilla?
-Creo que esta historia, El Club Zeus, es la apropiada para Sevilla, así como Sevilla es el escenario apropiado para la historia. Están interrelacionadas. Historia y ciudad no pueden separarse porque Sevilla es el principal personaje de la misma. La novela parece un callejero, una guía donde pueden verse algunos lugares imprescindibles.
-¿Dónde está la línea que separa a Fray Antonio en sus dos novelas publicadas hasta el momento?
-Honestamente creo que ha habido una notable evolución de mi primera novela con respecto a la segunda. La primera, que es una novela donde hay recuerdos y lugares donde pasé buena parte de mi infancia en las vacaciones veraniegas, es una novela de iniciación, de aprendizaje. La segunda, que ha venido varios años después, ha mejorado en la forma y en el fondo porque no he tenido prisa en publicarla, que a veces suele ser el peor enemigo de los escritores. Ha habido un cambio en mí y eso se ha visto también en mi literatura, y espero seguir en la misma línea.
-¿Puede acceder a la trama del CLUB ZEUS un lector foráneo que no haya callejeado por Sevilla?
-Algunos amigos me dicen que “ven” la ciudad cuando leen mi novela. Es posible que muchos busquen algunos lugares que aparecen en la misma después de haberla leído.
-¿Qué formación como escritor tiene Fray Antonio de Sevilla?
-He leído durante toda mi vida, y sigo leyendo. No recuerdo una época de mi vida en la que no haya leído un libro tras otro, tarde más, tarde menos, de cualquier época o género. La lectura es para el alma como la comida para el cuerpo, no se puede prescindir de ella. Aparte de esto, me he formado en talleres literarios, entre ellos uno impartido por la escritora Nerea Riesco. Pero siento que esa etapa ya ha pasado para mí. Ahora estoy en la etapa de consolidar mi literatura, de seguir escribiendo y mejorando por mí mismo cada día.
-¿Nuevos proyectos que estén en cocina?
-He terminado una tercera novela, que sería la segunda de la serie con los mismos personajes de El Club Zeus, es decir, el inspector jefe del grupo de homicidios Efrén Salgado y su equipo en la resolución de un nuevo caso. También estoy escribiendo ahora otra novela con personajes distintos y en una nueva localización.
-Aprovecha este espacio para darnos algunos detalles que nos acerquen a Fray Antonio como escritor de novela Negra y al CLUB ZEUS como obra que un aficionado a la novela negra debe de leer.
-En primer lugar quiero agradecer la oportunidad que me da la revista Salitre de darme a conocer un poco más, y finalmente animar a la gente a que lea, en este caso novela Negra y El Club Zeus, donde la historia es adictiva y los personajes al final se sienten muy cercanos, casi como de la familia. Si bien es cierto que los crímenes pueden resultar muy duros, también la novela está llena de sentido del humor, y, todo ello, en un marco incomparable como es la ciudad de Sevilla.
En nombre de la revista Salitre te doy las gracias por todo y te invito a que sigas nuestra publicación en la que siempre serás un amigo bienvenido.
Suerte…padre.