¿Qué será eso que esconden todos estos espacios abandonados a su suerte, que me llevan a fijarme en cada detalle de su captura fotográfica?
¿Qué historias esconderán?
Quizás sea la sensación de contemplar un espacio en el que la naturaleza, la vida y el tiempo se ha abierto camino con libertad entre lo que el hombre una vez levantó.
Tal vez sea la ilusión infantil de desear adentrarme en esos escenarios casi virtuales en los que todo valdría, y en los que podría saltar de una altura a otra sin importar su medida.
Arquitectura que se va enterrando elegantemente bajo el lastre de los años y el castigo de lo deshabitado.
Tal vez sea el encanto de la ruina, quizás estemos en el presente de las nuevas Acrópolis, Pompeya… Ay… disculpen la comparativa… me dejo llevar por la euforia. He aquí el ejemplo de la ciudad de Hashima. Ciudad japonesa que a lo largo del siglo pasado fue explotada por su oro sólido negro, el carbón. Cuando éste entró en declive a finales de siglo, la empresa decidió cerrar la mina, y con ella, todos sus trabajadores abandonaron esta ciudad flotante.
En realidad es un lujo poder contemplar estos espacios. Algo transmiten a través de nuestras retinas que nos emocionan profundamente.
Huy si estos espacios hablaran, cuantas cosas nos contarían, pero la verdad es que dan pena como abandonamos las casas a su suerte hasta que la vegetación las coma y las derribe.Precioso reportaje.
Un saludo
Completamente de acuerdo, jeje. Seguro que contarían historias que superarían muchos guiones de cine. A mi es que me transmiten mucho encanto, lo que pasa es que supongo que me quedo con el impulso inmediato. A la larga sí que da pena visualizar el abandono… Un saludo y gracias por tus palabras!
Com diria Joan Nogué i Font: Paisatges de la destrucció i de la desolació…
Salut
Me gusta.. Paisajes de la destrucción y de la desolación. Podría haber sido un buen título de entrada también ^^. Indagaré sobre Joan Nogué, un saludo y muchas gracias por tu aportación!
[…] seis artículos donde aparece algo relacionado al teatro. Me gusta en especial uno que se llama El lujo de lo abandonado, lo firma un vecino llamado Fran Blanco. Así están los teatros, medio abandonados. Hay mucho […]