Este año celebramos el centenario de uno de los grandes cuentistas del siglo XX, Roald Dahl (Gales, 1916-1990). Pese a ser el creador de muchos de los personajes infantiles más queridos por grandes y pequeños, muchos han sido los que han descubierto quién era el gigante bonachón que estaba detrás de ellos gracias al bombo que se le ha brindado para relanzar ediciones y nuevas recopilaciones con motivo del aniversario de su nacimiento. Pero, afortunadamente, han sido muchos más los que han descubierto que Dahl también es el autor de otros tantos cuentos para adultos con personajes igual de pícaros y traviesos.
De hecho, antes de Los Gremlins (1943) debutó con un relato publicado en The Saturday Evening Post en 1942. La crónica del accidente de avión que sufrió en Libia durante la Segunda Guerra Mundial (Shot Down Over Libya). Roald llevaba ya unos años trabajando para la empresa petrolera Shell, cuando el estallido de la guerra coincidió con su estancia en África y, con tan sólo 23 años, decidió trasladarse a Nairobi para alistarse en las Fuerzas Aéreas Británicas. Estuvo prestando servicio hasta que las secuelas de la guerra le obligaron a retirarse y fue trasladado a Washington para trabajar con el embajador de Reino Unido. En esa época se relacionó con personalidades muy importantes de todos los ámbitos, desde el presidente Roosevelt a Ernest Hemingway. Fue entonces cuando, alentado por el escritor C.S. Forester, comenzó a publicar.
Su trayectoria como autor de cuentos para adultos ha sido paralela al éxito de los libros infantiles, aunque no alcanzó la misma popularidad de James y el melocotón gigante, Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda. Si bien, también ha brindado personajes igual de pícaros y chiflados, e historias sorprendentes. En ambas producciones ha dejado el mismo sello. Una imaginación desbordante. Una mirada irónica y gamberra de las situaciones más cotidianas, que en las historias de Dahl acaban por convertirse en las escenas más rocambolescas jamás pensadas.
Su obra infantil se ha caracterizado por presentar personajes traviesos y excéntricos, pero muy inteligentes, que cuestionan la autoridad de los adultos, mostrados éstos en muchas ocasiones como auténticos cretinos. Personajes hasta el momento inusuales en este tipo de literatura, como la figura de una señora viuda y un solterón en Agu Trot. Historias con moraleja pero siempre desde la ironía y el punto de vista divertido de un niño.
Esta marca la ha extrapolado a su obra para adultos donde ha dado rienda suelta a su vena más gamberra, irónica, incluso macabra. Aunque también encontramos obras serias, como los relatos inspirados en sus experiencias en la guerra Over To You o la autobiografía Volando Solo (Going Solo), Roald Dahl lleva el título de maestro del retorcimiento produciendo las historias más rocambolescas. Tomando la ironía y el humor negro por bandera, explora la parte más macabra y libertina del ser humano.
Imprescindibles y descatalogados
Uno de sus personajes más conocidos fue el tío Oswald, «el mayor sinvergüenza, vividor y fornicador de todos los tiempos». Las chifladuras y fantasías eróticas de este bon vivant empezaron a publicarse en forma de diario en la revista Playboy. El éxito que cosechó entre el público masculino lo convirtió en una novela, publicada en 1979 bajo el título Mi tío Oswald. Dos de esos relatos del diario de Oswald Hendryks Cornelius se recogieron en el libro El gran cambiazo, ganador del Gran Premio del Humor Negro. Este libro es uno de los que forma parte de Cuentos, el compilatorio que acaba de publicar la editorial Anagrama dentro de la colección Compendium con motivo del centenario del autor.
Esta edición recoge los cuentos más destacados e imprescindibles dentro de la obra de Roald Dahl para adultos. Historias extraordinarias, Relatos de lo inesperado y Dos fábulas completan el volumen.
Historias extraordinarias (1977) lo forman siete cuentos entre los que encontramos dos relatos autobiográficos. Racha de suerte: Cómo me hice escritor y Pan comido, su primera publicación que originalmente se tituló Shot Down Over Libya.
No falta el que es probablemente su libro más conocido: Relatos de lo inesperado (1979). Dieciséis cuentos que dieron lugar a una célebre serie televisiva presentada por el mismo Roald Dahl. Historias en las que da buena cuenta su vis macabra, humorística y retorcida. Giros y desenlaces inesperados al más puro estilo Hitchcock, y es que el director británico adaptó también para su famosa serie de televisión Alfred Hitchcock presenta los cuentos Cordero asado y Hombre del sur, que se encuentran en esta edición.
Dos fábulas es la obra de cierre y un regalo para los lectores pues está descatalogada. Se trata de la última colección de cuentos editada en vida del autor en 1986 con motivo de su 70 cumpleaños. Está formada por dos cuentos que el autor escribió expresamente para la ocasión.
Treinta años después Anagrama los recupera en una cuidada edición de coleccionista para sumarse a la celebración del centenario de uno de los mejores cuentistas del siglo XX, que ha vendido más de cien millones de libros.
Título: Cuentos |
---|
|
[…] y sinceridad no faltan. Se atreve a hablar de egos y mezquindades, como la de Roald Dahl. Harto de las exigencias del escritor y sus irrespetuosas formas con el equipo de Knopf, le envió […]