A medio camino entre la ficción y la no ficción este corto está lleno de sentido del humor, del ritmo, de mala leche, de tradición, de ridículo y de dignidad. Un fotógrafo ambulante recorre el Tibet fotografiando grupos de personas con fondos cambiantes. Sin moverse de su domicilio, los habitantes se harán su retrato de boda ante la foto de un chalet, los colegiales se colgarán medallas en el estadio olímpico de Pekín, familias se retratarán en la Gran Muralla sin visitantes molestos o aprovecharán para fotografiarse en la Ciudad Prohibida. Eso si, algunos procurarán occidentalizar sus vestimentas, pero otros llevarán sus vestidos tradicionales tibetanos, o un ternero aparecerá en mitad de la composición o el alcalde interrumpirá una captura para anunciar a sus vecinos nuevas disposiciones del comité socialista. Al final el peso de la tradición se mantiene, quien no ha querido rebajar su condición fotografiándose en una falsa gran ciudad pedirá un favor al fotógrafo en su regreso a Lasha. Estupenda historia y genialidad en la idea de partida.
(Miguel Martín)
Amanece Metrópolis con sus reseñas de los cortometrajes de La Guarimba Film Festival aporta su granito de arena en la difusión de dicho festival. Gracias a todo el equipo de La Guarimba.