Primer largometraje del director Óscar Martín, adentrándose en el thriller y remarcaría ante todo en el terror psicológico. Algo presente en todo momento, en ambos protagonistas con ese duelo de personalidades que suben y bajan de volumen a medida que el guion va avanzando.
David se lleva a su casa a Javi, su mejor amigo. Ha tenido un accidente y quiere cuidarlo. Javi necesita rehabilitación y que le atiendan para todo, lo que iba a parecer una convivencia con cuidados y afinidad, se convierte en una contienda de reproches donde la supervivencia física y emocional queda expuesta.
Amigo tiene un color tétrico dese el primer instante, no hay casi margen para que podamos pensar que algo positivo de esa convivencia va a salir. Desde la primera secuencia donde el cuidador intenta acercarse con una caricia al enfermo, y éste retira la mano, ya vemos como el rencor, la desconfianza, el dolor serán atributos que se enfrentan a lo que a priori pudiéramos pensar como culpa, responsabilidad o amistad pura.
Hay muchas metáforas en la película con guion del director y de ambos actores, Javier Botet y David Pareja. Una recreación en un escenario vintage, de años atrás, donde los valores siempre estuvieron más arraigados, y ahora se contrapone con lo que debería ser y no es, una amistad, que se desquebraja por una situación que no cuentan del todo, pero que ha creado cicatrices en cada uno de los personajes, pero también en su relación, ese nexo se ha desquebrajado y parece no tener solución.
También están presentes para guiarnos entre esas dos habitaciones, y habitantes, a que cada uno en un momento dado parece convertirse en otro persona, las televisiones que les acompañan, con películas que cuentan mucho, con sonidos que avanzan lo que ocurrirá y con homenaje al cine de terror español.
Hay varias dependencias descritas en el guion, la emocional y la física, pero también está la que el propio cuerpo crea por medio de los tratamientos médicos, que se utilizan para paliar dolores, y que no solo son los físicos. De esas dependencias nacen las idas y venidas de cambios de humor, y ahí, es cuando el guion, vira, vira, y vira continuamente, haciéndonos cómplices de una trama, que puede estar en la casa o en la cabeza de los protagonistas.
En cuanto a las interpretaciones de Javier Botet y David Pareja, solo se puede decir que lo sombrío de cada uno en su personaje está trazado y realizado a la perfección, esa dualidad que nos lleva a dudar y de cambiar de opinión es gracias, además del guion, a sus interpretaciones, que saben hacer de la verdad duda, y de la duda su verdad.
Un final estremecedor en mirada, contrapuesto totalmente con el fundido a negro y títulos de créditos donde comienza a sonar «Amigos, amigos» cantado por Salomé, una musicalidad positiva, pero que posee todo el poso de los dos personajes.
Desde el 27 de noviembre al 3 de diciembre Amigo estará en la sala Artistic Metropol. En las próximas semanas la productora, El ojo mecánico, irá informando de las ciudades donde se podrá visionar.