I
Una vez más en esta crisis sanitaria se pone de relieve cómo la lucha se dirime entre el capital y la vida. Y parece claro que no todas las vidas importan por igual.
Si echamos un ojo a las redes sociales, yendo un poco más allá de las fachafakes, del stalinismo de balcón o de los que tienen las condiciones óptimas para sobrevivir a una pandemia como es debido, vemos acciones motivadas por el apoyo mutuo (benditas palabras cuando conllevan acción directa).
Encontramos a los manteros de Barcelona, Zaragoza, Madrid montando una red de apoyo a toda prisa.
Las campañas contra los CIES pidiendo que ahora más que nunca se cierren, y es que la propia existencia de una ley de extranjería es una crueldad en sí misma, que da cuenta de lo poco que importan las vidas dentro de este espectro social que habitamos. Vemos también al pueblo gitano defendiéndose contra un racismo que está en el ADN del concepto de ciudadanía del estado español.
A la colectiva de trabajadores africanos de Huelva pidiendo agua, a las personas sin hogar buscando refugio, más que por el miedo de la pandemia, que también, por el pavor a la policía, al ejército. Un miedo que nos une a muchxs y que es vínculo común de esta resistencia del cuidado, que sabe bien de quién hay que cuidarse, aunque los riesgos y los daños, claro está, no son igual para todxs.
Y vemos a todas esas personas que saben que sostener la vida tiene que ver con el cuidado en toda su extensión, con toda su potencia.
II
Hablo con una amiga de la Asociación Nosotras por los cuidados y el trabajo de hogar, de Granada. Quiero traer aquí, también, sus reivindicaciones, su situación, le planteo hacerle una entrevista, nos conocemos desde hace siete años y este último tiempo en el que nos hemos podido ver menos la he echado de menos, ahora me apena pensar el poco valor de las cosas que se antepusieron a ese café, a esa charla, a ese paseo que no tuvo lugar antes de la cuarentena. Anda a mil. Me comparte audios y reflexiones sobre la situación, reciclamos material. Intento ser fiel a los audios, donde participan varias compañeras, los comparto aquí debajo.
III. El contexto
La Asociación Nosotras es una asociación autogestionada, con sede en Granada, conformada como tal en 2019, desde el 2013 basan sus objetivos en la visibilización de la importancia de los cuidados y del trabajo de hogar. Una lucha central ha sido la exigencia de la ratificación del Convenio 189 de la OIT, que permitiría tener una cobertura real de los derechos del colectivo, derechos básicos que cualquier trabajador o trabajadora tiene en otros sectores. Algunos de los puntos que recoge el Convenio es el derecho a la prestación por desempleo. Una de los grandes conflictos el espacio laboral, el domicilio privado como espacio de trabajo.
IV. La organización
Una de las cuestiones básicas sobre las que se sostiene la organización de la asociación es el autocuidado, como acción política, a partir de este cuidado surgen las necesidades tanto colectivas como personales, creemos que para que haya un cambio colectivo tiene que haber un cambio personal, y el estar atentas a la escucha y el cuidado mutuo es un pilar de la asociación.
V. La situación actual
Para el colectivo está siendo complicado asumir las medidas que la cuarentena establece, el confinamiento, el quédate en casa, porque tenemos que seguir yendo a trabajar, como muchas trabajadoras y muchos trabajadores, que tienen que seguir acudiendo a su puesto laboral. Sin embargo, una gran parte de las compañeras que tienen que asistir a personas mayores o que tienen que cuidar, especialmente ahora, a las niñas y los niños, aún se encuentran en situación irregular. A estas compañeras además del miedo de poder contraer el virus se suma el miedo a ser detenidas.
Es un miedo real que existe, todas las compañeras de la asociación pasamos por esa situación, todas las que hemos venido como turistas para luego poder adquirir el permiso de residencia, para lo cual, paradójicamente, hemos tenido que trabajar y acreditar que esos tres años estábamos adaptándonos, esta situación pone en evidencia la necesidad de que se revise esta ley de extranjería que nos obliga a estar confinadas y a trabajar en la economía sumergida.
La situación actual agrava la ya existente, hace que una mujer tenga que salir de su domicilio con el miedo a que se le abra un expediente de expulsión, con más controles que antes, no tenemos constancia de que haya sucedido aquí en Granada, pero sí que hay mucho, mucho miedo; muchas preguntas : «¿Qué hacemos?, ¿tenemos algún documento que puedan firmar las empleadoras?» Estas trabajadoras están totalmente desprotegidas, una trabajadora que está cubriendo todas las urgencias, que está en primera fila, exponiéndose al contagio y a la expulsión por cuidar, pero que, sin embargo, no se están cubriendo sus necesidades, no hay ningún reconocimiento, ni ningún amparo.
Así que la situación actual está siendo muy complicada, muchas de estas mujeres están llegando a acuerdos con las familias de no salir de los domicilios, lo cual implica más horas de trabajo, aunque no va unido a más salario. Si ya de por sí hay ciertas irregularidades, dentro de los horarios laborales, con esta medida de confinamiento, aún más.
VI. La solución que plantea el gobierno
La propuesta de prestaciones no llega a ser suficiente, porque históricamente somos un sector olvidado por el Estado. En esta situación de emergencia hemos visto cómo no existen medidas de prevención de medios laborales en nuestros trabajos, estamos en situaciones donde se están vulnerando nuestros derechos, pero no podemos unirnos a ninguna de las medidas de emergencia que ha propuesto el gobierno, somo un sector, una vez más, olvidado. Y por otro lado, hay mucho de lo que se llama economía sumergida, es decir, que hay muchas mujeres que no están realizando aportes a la seguridad social. Somos un sector, que evidentemente, no va a poder atenerse a este tipo de prestación que está ofreciendo el gobierno, además de ser insuficiente.
VII. ¿Qué se pide?
El pronunciamiento que se ha sacado hace unos días, junto a otras organizaciones a nivel nacional, manifiesta que las medidas que está estudiando el actual gobierno se quedan cortas para la situación en la que nos encontramos.
Es una noticia positiva, pero no responde a la realidad actual del sector, ya que pide estar dadas de alta en la seguridad social y actualmente una gran mayoría de las mujeres que se encuentran en el trabajo del hogar y los cuidados no están dadas de alta, además de la ya comentada situación de irregularidad.
Una vez más las leyes no estarían reconociendo el trabajo que durante muchos años están realizando muchas mujeres en el país, mujeres migrantes. Es importante y exigimos, junto a las demás organizaciones, papeles para regularizar la situación de todas las trabajadoras y también pedimos que exista inspección de trabajo sobre el alta de la seguridad social de todas las mujeres que actualmente estén en el sector del trabajo de hogar y de los cuidados.